Ese día algo había cambiado, lo podía notar Elena, porque extrañamente no sostenía un libro en sus manos, tampoco podía escuchar el eco de su voz resonando en su mente mientras leía... algo estaba diferente. Y es que por primera vez, estaba almorzando en compañía de dos estudiantes ruidosos que no paraban de echar chistes y reírse, pero en realidad, Alex y Elizabeth era el menor de los inconvenientes. Lo que realmente marcaba la diferencia ese día era la presencia de Jessie, sentado al lado suyo escuchando las escandalosas conversaciones de sus amigos, mientras sonreía con su acostumbrada amabilidad. Ahora, mientras ignoraba las voces, Elena concentraba su mente tratando de recordar cómo había llegado a tal situación. Todo comenzó cuando al momento en que sonó la campana, Elizabeth co