— T-tengo que irme — interrumpió ella, nerviosa. — ¿No quieres estar conmigo? — su voz sonó quebrada. Miró a otro lado, apretando las tiras de su mochila, y mordiéndose el labio cada vez más nerviosa. — S-sí quiero. — Estaba sorprendida por la sinceridad de sus propios sentimientos, unos que no era capaz de controlar. ¿Por qué querría estar con él? Y más después de haber sido víctima de un incidente tan ridículo sólo por su culpa. Después de todo, aquello que había pasado entre ellos que a esas alturas no podía olvidar... sin embargo, ella todavía sentía esa necesidad de estar cerca de él. — Todavía no sientes nada por mí, ¿verdad? — aunque las palabras de Elena habían acelerado su corazón, pronto aterrizó en la realidad y su voz se volvió cada vez más entristecida. El silencio d
Download by scanning the QR code to get countless free stories and daily updated books