**Descifré muy bien tus sentimientos, pero no los míos. Supe que la seguías amando a pesar de todo, pero no supe cómo había cambiado yo después de conocerte a ti.**
25 de julio
Sus besos en mi espalda hacen que abra los ojos para encontrarme con la luz del sol entrando por el ventanal que hay en la habitación. Sus manos recorren mi silueta a lo largo por todo el costado de mi cuerpo y no puedo dejar de pensar en todo lo que hicimos anoche.
―Creí que después de la noche de anoche dormirías hasta tarde.― Comento y escucho su risa leve mientras sus labios siguen recorriéndome.
―Aún me queda energía para ti.― Bromea y soy yo quien ríe.
―¿Quién lo hubiese dicho Martin?―Comento y con sus manos consigue que me voltee para quedar bocarriba.
―Serena.― Dice agitado mientras se acerca a mi boca lentamente.
―¿Qué Gael?― Pregunto y llevo mis manos a cada lado de su rostro.
―Esta es nuestra despedida. No quiero seguir lastimándote.― Dice sin rodeos y me imaginé que esto ocurriría. Lo vi anoche en sus ojos mientras se rendía en brazos del placer.
Solo puedo asentir y besarlo con fuerza ―Que sea la mejor despedida de todas entonces.― Propongo en medio de besos y es así como volvemos a empezar una vez más.
[...]
Me cubro con la tímida sabana color blanca mientras le veo vestirse frente a mí. Su mirada y la mía se cruzan por momentos y nos sonreímos forzadamente. ―¿Esto no interferirá con nuestro trabajo, no?― Le pregunto refiriéndome a la campaña publicitaria.
Niega con su cabeza ―No Serena, no lo hará. Perdóname por todo esto.―Responde y no es el mismo Gael.
―¿Por qué debería perdonarte? Los dos estábamos de acuerdo con esto... Además, la hemos pasado exquisito.― Comento.
―Lo sé, pero lo que he hecho anoche ha sido un asco. Creí que podría ser más frío. Pensé que podría follarte a ti sin pensar en nada más que en mi placer, pero he sido un idiota. No puedo sacarla de mi cabeza y a pesar de todo quiero que ella y yo tengamos otra oportunidad. Quizás funcione.― Se explica.
―Tranquilo. Comprendo perfectamente lo que te sucede y quizás si debas ir e intentarlo nuevamente con ella.
―¿Y tú?― Me pregunta preocupado.
No entiendo. ―¿A qué te refieres?―Pregunto confundida.
―¿Estarás bien?― Pregunta finalmente y asiento.
―No te preocupes por mi Gael. Yo estaré bien. Esto no ha durado mucho tiempo de todas formas; ninguno de los dos nos hemos involucrado sentimentalmente.― Explico y él asiente.
―Claro... bueno, Serena, de todas maneras si en algún momento necesitas algo déjame saber; tienes mi número.― Dice con una tímida sonrisa.
―Martin, que no te llamaré por sexo si estas con ella.― Le aclaro entre risas y él ríe también.
―Lo sé, pero cualquier otra cosa que necesites me dices.― Repite y se despide de mí con un beso en la mejilla.
Le veo partir de mi habitación y a los pocos minutos escucho la puerta de entrada cerrarse. Aquí se ha acabado todo esto. Quizás es lo mejor.
[...]
3 semanas después: 15 de agosto
La propuesta para los anuncios con la imagen de Gael ya está presentados y aprobados por la empresa. Las fotos, los videos, el eslogan que se utilizará, en fin, todo está listo; solo falta que él regrese de sus vacaciones en Ibiza donde al parecer la está pasando de maravilla con sus amigos y ella.
Comienzo a estudiar propuestas para otros clientes que he logrado obtener cuando Ana entra a mi oficina para dejarme la correspondencia del día.
―Gracias, Ana.- Le digo y luego pienso si es correcto que ella llame a Gael o no―Espera.― Le digo antes de que salga de la oficina y respiro profundo.
―¿Puedes llamar a Gael Martí Enriquez y darle la información de la primera sesión de fotos?― Le pregunto y no sé por qué lo formulo así, si ella es mi secretaria.
―Claro Serena, solamente dame la información y yo lo hago, ¿la sesión será en el estudio de aquí? ―Me pregunta.
―Sí, agéndalo para el miércoles que viene. ― Le pido y ella tan solo asiente para luego retirarse.
Intento seguir con mi trabajo, pero ahora es Sara quien entra y se queda cruzada de brazos en la puerta.―¿Por qué no me lo has pedido a mí?―Pregunta con enfado y únicamente puedo reírme.
―Porque Ana es nuestra secretaria y tú eres socia de la empresa. Solo por eso.― Le explico sabiendo que se refiere a llamar a Gael.
―No soy socia. Soy solamente estilista de tu empresa.― Rebate y río.
―Aún no entiendo por qué no has aceptado ser socia.― Digo frustrada.
―Porque quiero trabajar con los modelos y actores, no aquí. Perdóname amiga, pero es la verdad.― Explica y rio.
Si Sara supiera que me he acostado con Gael…
―Vale, pero mientras cumples ese sueño trabajas aquí y no quiero tener problemas con Gael y mi cliente por tu amor platónico por él.- Explico y niega.
―¡Ay Serena! Es que eres muy amargada... te hace falta un tío, ¿Qué ha sucedido con el de Málaga?―Pregunta y me quedo en jaque.
―Nada. Solo ha sido una buena noche y ya. Ahora ve a preparar a la modelo para la sesión de fotos de los trajes de baño.― Le regaño y se va protestando.
Río ante su reacción de niña pequeña hasta que la pantalla de mi móvil se ilumina al recibir un mensaje de él.
**Podrías haber llamado tú, ¿no? Que haya regresado con Delfi no quiere decir que no puedas hablarme. **
Respiro profundo y decido no responder de inmediato. No quiero que se dé cuenta de que no tengo el valor de hablarle. No sé qué me pasa... supongo que es normal que me sienta así.
**Lo siento, es que estaba en una reunión y necesitaba que tuvieras la información.** Es lo único que respondo y dejo el móvil a un lado.
«¿Qué te sucede Serena? No puedes ser así de cobarde».
***
Y yo que creía que era una mujer fría y calculadora... No resulte ser más que una cobarde al verte con ella.