Narra Faith: Es viernes por la tarde cuando mi teléfono vibra sobre la mesa. A parto la mirada del ordenador y sonrío al ver que se trata de Edward. Tras la noche tan intensa que tuvimos, nos levantamos tarde y llegué a la oficina con una hora de retraso y eso porque él tuvo la amabilidad de traerme, que, si hubiera venido en mi auto, habría perdido demasiado tiempo buscando estacionamiento. Así que, aprovechando la hora del almuerzo, he tenido que ponerme al día con todos los pendientes para no dejar nada atrasado para el lunes. Ahora mismo, tengo tres eventos simultáneos que planificar y, aunque no es nada que no pueda manejar, no puedo quedar mal ahora que tengo el ascenso. —Buenas tardes, señor —saludo en voz baja, tratando de organizar la distribución de asientos para el lanzamien