Narra Edward: Faith regresa junto a nosotros tras un par de minutos y es imposible no notar que está más blanca que el mantel que cubre la mesa, lo que me hace preocuparme al instante. Cuando entramos al restaurante estaba más animada, pero entiendo que el tema de los paparazis ha sido abrumador, así que asumo que será eso. Ni siquiera yo, que llevo toda mi vida rodeado de ellos, logro acostumbrarme, por lo que para ella ha de ser toda una novedad, pero de las malas. —¿Te sientes bien, bonita? Estás algo pálida —comento en voz baja, pero nuestros padres me escuchan y despegan sus ojos del menú para verla. Ambos escudriñan su rostro lo que, evidentemente, le incomoda aún más, pero hace esfuerzos por sonreír y niega con la cabeza. —Es el cambio de clima, pero solo es cuestión de acost