Narra Faith: Un olor a tocino me arranca de mis ensoñaciones y me levanto de la cama algo desorientada. Lo primero que hago es ver la hora, no vaya a ser que se me haga tarde para ir a trabajar, pero me calmo al ver en mi teléfono que son a penas las siete. La cama está vacía y fría, por lo que Edward se ha levantado hace rato y asumo que es él quien estará cocinando, así que sonrío y salgo en su búsqueda, totalmente desnuda. ¡Vaya que te has convertido en una desvergonzada con en este hombre! La voz de mi subconsciente me reclama, pero la ignoro, porque vergüenza es lo último que siento con Edward, a pesar de que a penas llevamos unos meses conociéndonos. Lo encuentro en la cocina, con una espátula en la mano y el mango de la sartén en la otra. No se percata de mi presencia hasta que