Una noticia desgarradora

1029 Words
Rosarito escuchó el llanto de Elizabeth desde el pasillo e inmediatamente abrió la puerta de la habitación y entró imaginando que tal vez se había lastimado. — Señorita Elizabeth, ¿Qué le pasa? ¿Por qué está así tan alterada? ¿Acaso se lastimó? Elizabeth la abrazó con fuerza mientras le corría las lágrimas por sus mejillas, era un llanto lleno de dolor que preocupó mucho a Rosarito. — Por favor señorita Elizabeth, dígame qué le pasa, me tiene asustada, ¿Acaso siente algún dolor? — ¡Ay Rosarito! No sabes lo que pasó, es algo horrible y me quiero morir. — ¡Ay no diga eso señorita Elizabeth! Por favor, usted es una joven muy bonita y tiene mucha vida por delante para que diga esas cosas tan feas. — ¿Y de qué me vale ser joven y bonita si estoy condenada a no caminar jamás; y ahora tenía que llegar esta desgracia a mi vida para completar mis males. Rosarito no comprendía a qué tragedia se refería y enseguida le preguntó angustiada mientras secaba las lágrimas de su rostro: — Pero señorita Elizabeth, no comprendo lo que está diciendo, ¿A qué tragedia se refiere? — Rosarito, mi tío Camilo me dio en matrimonio con un hombre que ni siquiera conozco. Rosarito puso una expresión de asombro, no podía creer lo que Elizabeth le estaba diciendo, por un momento llegó a pensar que se trataba de otra de sus pesadillas y que por esa razón estaba diciendo semejante barbaridad. — Señorita Elizabeth, por favor trate de calmarse, de seguro tuvo una de esas pesadillas y por eso está así tan nerviosa sin coordinar lo que dice. — ¡No Rosarito! ¡Claro que no! Ojalá fuera todo esto una pesadilla, pero lamentablemente no es así, lo que te estoy diciendo es la verdad, mi tío Camilo quiere que me case con su socio, un tal Ángel Gabriel Mendizábal. — ¿Pero de dónde le salió esa locura? ¿Cómo la va a obligar a casarse con un hombre que no conoce? Además, usted jamás ha tenido ni siquiera un novio. ¿Acaso se volvió loco don Camilo? — No, no está loco, lo que pasa es que está desesperado porque ha quedado en la ruina y para colmo de males esta casa está hipotecada y está a punto de perderla. — Pero… Pero ¿Y usted qué tiene que ver con todo eso para que la obligue a casarse con ese señor? — Lo que pasa es que justamente es a ese señor a quien le debe mucho dinero y por eso quiere que me case con él para que el tal Ángel Gabriel, le salde toda la deuda y así no perder esta casa. Rosarito se llevó las manos a la cabeza y caminaba por la enorme habitación, sin dar crédito a la maldad de su patrón. — No señorita Elizabeth, no podemos permitir que algo así tan cruel ocurra, tenemos que buscar una solución a todo esto, yo no puedo permitir que su tío le haga esa maldad. — Ya es muy tarde para hacer algo, ese hombre viene mañana a primera hora a conocerme. Rosarito al escuchar eso, enseguida se persignó mientras decía: — Jesús, María y José, no puede ser. — De pronto se abrió la puerta de la habitación de forma violenta y ambas mujeres se asustaron al ver nuevamente la presencia de Camilo, el cual tenía una expresión de molestia. — ¿Pero acaso no se va a dormir en esta casa? ¿Se puede saber qué haces aquí Rosarito? Rosarito y Elizabeth, se encontraban temblorosas, ambas se quedaron con los ojos abiertos y con la mirada fija hacia Camilo. Sin embargo, Rosarito le dijo mientras tartamudeaba producto de los nervios: — Don..don.. Ca.. Camilo, dispense usted, lo que pasa es que vine a ver si la señorita Elizabeth necesitaba algo. — ¡Ya basta! Mi sobrina lo único que necesita es descansar, son las 2 de la madrugada y debe dormir, porque a primera hora de la mañana debe estar lista para recibir a su prometido. Así que vete a tu habitación Rosarito y tú Elizabeth, ya duérmete, mira que mañana nos espera un día muy largo. Sin decir una sola palabra más, Camilo salió de la habitación dando un portazo aún más fuerte que el anterior, mientras Rosarito miraba a Elizabeth como lloraba en silencio desconsoladamente . — Tranquila señorita Elizabeth, trate de descansar un poco, mañana será otro día, recuerde que Dios no nos da batallas que no podamos vencer. Elizabeth se quedó en silencio mientras le seguían corriendo lágrimas por su rostro, por su parte Rosarito salió de la habitación antes de que Camilo regresara y la encontrara todavía allí, ella le tenia mucho temor porque tenía un carácter muy violento; solo quedaba esperar a mañana para saber qué iba a pasar con la visita de Ángel Gabriel. (…) Eran las 6 de la mañana, Camilo se encontraba sentado a la mesa del comedor desayunando, estaba muy ansioso y a cada momento miraba el reloj, mientras Rosarito le servía una taza de café. — ¿Se puede saber por qué Elizabeth no está aquí desayunando? — preguntó molesto mientras tomaba un sorbo de café. — Don Camilo, lo que pasa es que la señorita Elizabeth, pasó muy mala noche, la pobrecita no ha dormido casi nada. — ¡Por favor! Elizabeth jamás ha pasado una buena noche, desde que tuvo ese accidente no ha parado de tener pesadillas, así que no veo cuál es la diferencia, anda a su habitación inmediatamente, haz que se arregle y venga a desayunar, dentro de una hora estará aquí Ángel Gabriel. Rosarito se mordió los labios llena de impotencia al escuchar la orden de camilo, no podía creer cuánta maldad y egoísmo había en él. Lo peor de todo, es que ella no se atrevía a llevarle la contraria, porque eso podía provocar que la echara de la casa y ella no podía dejar sola a Elizabeth, en el fondo había aguantado trabajar para él todos estos años solo por cuidar de ella, a quien quería como a una hija.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD