Al día siguiente… —Camilo prepara el auto vamos a salir. —le dijo Elizabeth en tono prepotente. —¿Y a dónde vamos querida sobrina? —Te dejé muy claro que no me vuelvas a llamar sobrina, para ti soy la señora Elizabeth Mendizábal, recuerda que estás en esta casa en calidad de chofer, y además no soy nada tuyo. —Perdón, no quise ofenderla señora Mendizábal. Alicia que se encontraba presente, enseguida agregó: —Ya estoy lista señora Elizabeth, podemos irnos cuando quiera. Camilo se quedó callado tragándose el coraje que sentía, se limitó a obedecer las órdenes de Elizabeth, la ayudó a subir al auto, colocó la silla de ruedas en la maleta de este, mientras pensaba dentro de si: “Disfruta mucho mientras puedas querida sobrina, que más temprano que tarde, voy a mostrarte quien es e