Pov. Anna. La inquietud me mataba, la llame llamé por teléfono, pero no respondió. Insistí, envió un mensaje en la noche de que estaba bien, solo cansada y luego simplemente desapareció. Fue cuando llame a la única persona que podía ayudarme y con la que quería hablar. Lo extrañaba, en verdad lo hacía. No sabía en qué momento alguien se había podido convertir en algo tan esencial para mi vida. Pero Jacob lo hizo. En algún punto llegar a esto me parecía un poco fantasioso. Ahora he encontrado a alguien en las peores circunstancias de mi vida y digo peores porque, como decía la psicóloga, mi plan principal no era vivir. Lo que resulta ser absurdo y bastante patético de mi parte. Tal vez se debía a que me hicieron tomar las pastillas frente a ellos y me explicaron lo que podía llegar a s