Pov. Jacob. Había hablado de mis penurias frente a toda su familia, dije cada cosa de lo que me paso frente a todos y no tenía idea de cómo moverme. Anna me observaba, aun pegada a mi cuerpo, su perfume invadía mi sistema enviando una descarga de calma, de esas que solo ella lograba, porque esa era la realidad, solo Anna lograba calmarme. Las imágenes seguían, mi cabeza era un torbellino de mierda retenida y mis ojos no se despegaban de las marcas en su cuello. — Entonces ¿Se van a besar? —la voz de la morena volvió. — April, sal de aquí —Giovanni de nuevo hablo molesto —y tú —me apuntó —, recuéstate en la camilla y no… —lo observé —, joder —paso la mano por su rostro —¿Cómo lo amenazo ahora? No quería pena de él, no quería pena de nadie, no lo contaba por eso, esto no se trataba
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