Capítulo 36 Las sospechas de Reginaldo Dijo estas palabras y salió directamente de la habitación mientras yo me preparaba para irme al despacho con el contrato y la minuta de reunión, dejando el desorden de documentos que se atrevió a tirar sobre mi cama en el mismo lugar, aunque no soporto el dolor de cabeza, no puedo dejar pasar este asunto porque no logro comprender la razón que tiene a Don Rómulo tan apresurado, si de todas maneras ya le estoy prestando mis servicios sin firmar el contrato, además no le voy a dejar la empresa sin un seguro, es lo mínimo que debería hacer para devolver la amabilidad y el cariño recibido de él durante todos estos años. Cuando salí de la habitación, ya Reginaldo venía caminando hacia mí con una taza de café en una mano y una pastilla en la otra. Me qu