Capítulo 40 ¿Café o té? Marcus, me miró y asintió, es obvio que jamás ha cuestionado ninguna de mis instrucciones y esto es relativamente sencillo para él, que solo envía un texto con su teléfono y continúa acompañándome a la sala de operaciones para iniciar la reunión. Ya estando allí, los ingenieros que se encontraban concentrados en sus respectivos trabajos cambiaron el énfasis de su atención, sabiendo que llegó el momento de iniciar la reunión para discutir todos los pasos que daremos a continuación. Sin perder el tiempo di otro sorbo a mi café y envié el organigrama a las computadoras de cada uno, lo mejor de no tener que hacer reuniones en salas de juntas, es que no necesitas mucho protocolo. Cinco minutos después, ya estábamos todos en la enorme mesa y comenzó a acalorarse la