No creo que esta fiesta se repita

1173 Words
Capítulo 6 No creo que esta fiesta se repita Transcurrió un buen rato después de que parara de temblar mi cuerpo y cesara el entumecimiento, el enorme saco de músculos se levantó de encima de mí y me ayudó a sentarme en el sillón donde hace unos segundos yacíamos ambos exhaustos. Él se dirigió al sanitario de la oficina, mientras mi mente divagaba como de costumbre y lo único que me repetía era: “no lo puedo creer, ¡acabo de perder mi inocencia con un desconocido en la oficina de mi papá!” Todo iba bien en mi mente, hasta que el sexy desconocido me sacó de mis pensamientos con su voz magnética “¿ahora sí me dirás tu nombre o me obligarás averiguarlo?” me preguntó mirándome seriamente desde la entrada del sanitario, ¿Cómo puedo yo decirle a este hombre que soy la hija del verdadero dueño de esta oficina en este momento? ¡Ni siquiera sé quién es, ni porque tiene acceso ilimitado a la empresa! “¡averígualo si puedes!”, le respondí mientras le regalaba una sonrisa coqueta, le guiñaba un ojo y me encogía de hombros, ya no me dolían las piernas y no había rastro de temblor, solo el desastre de fluidos y sangre que quedó en el sillón, así que me armé de valor e intenté levantarme para comenzar a vestirme, pero mis piernas traicioneras al tocar el piso me fallaron haciendo que casi me caiga de nalgas, además mi capacidad de respuesta fue tan pobre que en lugar de agarrarme del mueble para no caerme, mis manos se dirigieron al piso como para amortiguar la caída, fue de todos los momentos bochornosos y torpes de la noche creo que el peor, cuando estaba dispuesta a caer, cerré los ojos, pero unos firmes brazos me tomaron de la cintura y me llevaron de nuevo al sillón, el no dijo nada en ese momento, solo negaba con la cabeza en señal de decepción y me dijo “espérame”. Después de terminar de limpiarse en el baño de la oficina durante un par de minutos, el hombre al que, a pesar de haberle tocado todo, no había logrado verle esas redondas y perfectas nalgas, totalmente desnudo caminó hacia el ventanal y lo abrió, con una mirada pícara dijo “lo que hicimos fue grandioso, pero debemos deshacernos de ese aroma” no pude evitar reírme a carcajadas, realmente toda la oficina olía a sexo y fluidos… sin dejar de mirarme mientras me reía, después de abrir la enorme ventana caminó con calma hacia el mueble que estaba frente a mí, tomó su bóxer n***o que había quedado abandonado en la solitaria silla y agachándose un poco, lo ví introducir una pierna en uno de los orificios destinados para eso, introdujo la otra rápidamente y lo subió, la verdad, con esos movimientos tan comunes para él, me estaba regalando las vistas más perfectas de la noche y material para masturbarme por lo menos un par de meses… regresó con calma al sanitario y salió de allí con las manos llenas de servilletas, en una tenía algunas húmedas y en la otra tenía servilletas secas, mientras yo estaba estupefacta sin quitar mi mirada de su totalmente definido cuerpo, el se encargaba hábilmente del desastre de sangre y fluidos producto de nuestra travesura, me miró, me guiñó un ojo y me dijó “tienes que tomártelo con calma belleza, realmente no hay ningún apuro, la noche sigue siendo joven y muchas personas dicen que la primera vez de una mujer es difícil, creo que es mejor que descanses un rato y dejes que tus músculos se acostumbren si no te quieres caer de nuevo” después de decir estas palabras, me llevó al sanitario de la oficina cargada como un bebé, me ayudó a lavarme y a vestirme, aunque solo me ayudó a colocar el vestido. Cuando le pregunté por mis pantaletas, que obviamente continúan en su bolsillo, se hizo el que no me escuchó, pero no le di importancia, me ayudó a colocar mis tacones y luego a levantarme, esta vez sí me pude mantener en pie, solo me dolía un poco la entrepierna, pero ya no era un dolor significativo. Después de un largo rato, ya estábamos limpios, vestidos y lindos de nuevo, como si nada hubiera ocurrido entre nosotros está noche, en otras palabras, estábamos listos, no solo para volver a la fiesta como si no nos conociéramos, ya había llegado el momento de desaparecer cada uno de la vida del otro sin dejar rastro, lo único que me delataba de haber cometido este “desliz” era un gran chupetón que este sinvergüenza dejó entre mis pechos, pero como si lo hubiera medido, quedaba justo debajo del escote apenas tapado con el vestido, este hombre, que se veía extremadamente seductor con ese traje Hugo Boss que obviamente está hecho a medida, lo que implica que debe tener muchísimo dinero, o un muy buen patrocinador, se acercó a mi oído y con su sensual voz, hablando en un tono deliberadamente bajo que me hacía babear de nuevo preguntó “¿Qué quieres hacer ahora muñequita pelirroja extraña sin nombre?, ¿volvemos a la fiesta de la empresa o vamos a otro lugar a tener un after?, si lo deseas, también podemos volver un rato a la fiesta y después perdernos juntos” al escuchar sus palabras, no pude evitar poner mis ojos en blanco ante sus explícitas invitaciones, ¿acaso este Adonis no conoce el significado de la palabra “aventura”? gritaba para mis adentros, así que, intentando ser arrogante, le respondí, “¡yo regresaré a la fiesta de la empresa, obviamente! ¿adónde más podría ir? Además, ¿Por qué saldría de aquí con usted? Ni siquiera nos conocemos” él suspiró con un poco de impotencia y me respondió “hace menos de una hora, cuando gritabas debajo de mí no me tratabas de usted, y ser un desconocido no nos impidió comernos enteros, ¿verdad? Además, eso de conocerse, son formalidades, cuando tengas la amabilidad de decirme tu nombre, obviamente nos conoceremos…” sonrió con malicia y antes de que pudiera responderle continúo “ahora bien, ya teniendo claro el punto de que no importa si somos extraños, insisto, podríamos seguir esta fiesta (señalándonos de manera sugerente mientras movía su dedo índice en su dirección y la mía) en un lugar más privado, ¿no te provoca?” yo, (con todo el dolor en mi entrepierna, perdón, en mi corazón, por la respuesta que le voy a dar a este Adonis en este momento) le dije tratando de sonar lo más fría posible “no creo que esta fiesta (señalándonos de la misma manera en la que él lo hacía hace un momento) se repita, de todas maneras, muchas gracias por la invitación y por su amable compañía señor desconocido, los aperitivos no estuvieron nada mal” le guiñé un ojo y le regalé una sonrisa.
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