Capítulo 3.1 ¿Más dudas?"!

1754 Words
Me quede por un momento en silencio, me era extraño el hecho de irme a casa con otra persona que no fuera Dennis, ella tampoco dijo nada, éramos un par de extrañas en la noche compartiendo solamente el mismo camino. Le miré de soslayo su caminar tan grácil, era hermoso, su cabello se movía ligeramente con el viento como si este le acariciara, una sonrisa se dibujó en su rostro. - ¿Tengo algo? - preguntó sin mirarme. - ¡Qué?... ¡oh! No, no, no - bajé la mirada. - Entonces ¿por qué me mirabas? - se volvió para verme. - Yo, bueno es que... pues yo... "di algo tonta, rápido, rápido" es que eres... eres... muy alta sí... eso es alta... "¿Cómo alta?... ¿qué insinúas con eso?, ¿cómo se te ocurre decirle semejante cosa?, ¿Qué no ves que puedes ofenderla?" - Sí, lo heredé de mi padre ¿sabes? - volvió su rostro al camino y no dijo más. - "Ya ves se ha molestado y todo es tu culpa" - me regañé - "Y ahora ¿qué digo?" - emmm... pues ¿sabes? a mí me gustaría tener tu altura y no solo lo digo en forma física sino también me encantaría estar a tu nivel en lo que a preparación profesional se refiere... - esperé su respuesta algunos minutos pero ella simplemente no me respondía - "Tonta siempre echas a perder todo... eres..." - Creo que - dijo después de un prolongado silencio - no te gustaría tener mi altura, mido de hecho uno ochenta y créeme te sería difícil encontrar novio, ja, ja, ja, ja - comenzó a reír de una forma tan emotiva que hasta a mí me contagio. - ¿Novio?... ¡¡¡¡puajjj!!!!, no, no por favor lo que menos quiero tener en este momento es un novio, ja, ja, ja, ja, no... no me gustaría en lo mas mínimo - dije eso último con tanta aseveración que hasta a mi me sorprendió motivo por el cual la risa se esfumó de mis labios. - Comprendo... - dijo ella volviendo a su compostura - ya veo que eres de esas pocas jóvenes con los pies bien puestos sobre la tierra - miró un momento el cielo estrellado - es muy agradable saber que tendré una alumna que sabe interponer primero sus deberes que sus placeres. - Yo... - dije mientras sonreía y le miraba por un momento, nos detuvimos y ambas miramos el cielo, la constelación de Escorpión brillaba con fuerza. - Antares - dijo ella - se ve hermoso hoy. - ¿Conoces Antares?... - le miré mientras ella esbozaba una hermosa sonrisa. - Sí - dijo casi en un susurro - como no voy a conocerlo si soy del signo del escorpión. - ¡En verdad? - sonreí con amplitud - es que yo soy del mismo signo. - Así que ambas somos del signo escorpión - me dijo mientras me miraba con esa sonrisa tan sublime en su boca. - Sí - dije sin dejar de mirarla. - Creo que - emprendió de nuevo la marcha - por eso me caíste bien - se volvió a verme y me regaló la sonrisa más ¡increíblemente bella que había recibido en toda mi vida! - ¡Hey, Karla!... ¡Hola! - un hombre poco más alto que Karla, moreno de lentes y cabello corto se acercó corriendo a nosotras - ¡Karla!, ¿Cómo estas mi amor? El tipo ese abrazó a Karla quien le correspondió, por un momento volví en mí y me di cuenta de que habíamos llegado al Andador E... ¿cómo es que llegamos tan rápido?... el sujeto dejó de abrazar a Karla y me miró y después a ella. - ¡Oh! Es verdad... Iván ella es Laura... Laura - me miró - él es Iván. - Hola pequeña - me dijo mientras me daba un afectuosos apretón de manos, por un momento me miró detenidamente y después se volvió a mirar a Karla quien pareció entender la pregunta que él le había dicho sin palabra alguna. - Es solo una alumna - dijo tajante pero sin molestia en su voz. - Ya veo, pues Laura - soltó mi mano - ha sido un placer conocerte. - "Es solo una alumna" - su voz volvía a mi cabeza - "Solo una alumna". - Aquí me quedo Laura nos vemos mañana en clases, buenas noches - me tendió la mano... estaba tibia. - Sí, nos vemos Karla... "es solo una alumna"... Adiós Iván - me estrechó la mano con firmeza - "Es solo una alumna". - Hasta luego pequeña, y por cierto te recomiendo que hagas tus tareas porque cuando esta mujer se enoja... noooo para que te cuento - sonrió mientras me guiñaba un ojo. - Lo haré. - ¿Nos vamos Iván? - le miro sentenciosa. - Sí, ya, nos vemos niña - ambos se volvieron para verme y me regalaron una sonrisa les respondí de igual modo. Los vi alejarse unos cuantos metros parecía que Iván le contaba cosas graciosas pues ella sonreía, y yo... yo decidí irme a casa también... "Es solo una alumna" una vez más su voz anego mi mente y ese comentario me hizo sentir especialmente triste, enojada, aún no puedo definir con palabras exactas lo que provoco en mí... miré a mi alrededor la calle estaba irregularmente vacía, los postes de luz alumbraban perfectamente el camino, uno que otro microbús pasaba a un lado de mí sobre la avenida Camino Real, y a lo lejos sobre el camellón vi a Dennis y a su noviecito Armando caminado de la mano mis sentidos se enervaron y se enervaron aun más cuando los miré besarse... me sentí particularmente triste ante semejante espectáculo, primero ese Iván que se llevó a MI maestra de Química y después ese ¡imbécil de Armando!... ¡Besando a mí mejor AMIGA!... eso era demasiado... caminé lo más rápido que pude, necesitaba la protección que mi hogar me daba lo necesitaba y con desesperación... por fin después de unas cuantas cuadras llegué a mi hogar, entre a casa más triste que molesta mamá no estaba por suerte para mi, escuché música en el cuarto de Román... y Alejandro por lo visto tampoco había llegado... me encerré en mi cuarto, comencé a quitarme el uniforme en forma demasiado parsimoniosa... encendí el televisor y pude ver de nuevo aquel programa otra vez Kiria y Suzuki... y una vez más Suzuki había sido salvada... y una vez más miraba a Kiria de "esa" forma... de "esa" forma que hasta a mí me hacia sentir extraña y que sin embargo me encantaba, la abrazaba con tanta dulzura, con tanta entrega, pegaba sus pechos sobre el cuerpo de Kiria haciendo que esta ligeramente se ruborizara... pero me pregunté ¿si se ruboriza es por qué algo siente por esa muchacha de increíbles y bellos ojos color miel?... sí miel como los ojos de Dennis y los ojos de Kiria tan azules como los ojos de mi maestra de Química y próximamente de Biología... esos ojos azules, una vez más esos ojos azules, otra vez esas palabras taladrando mi mente "Es solo una alumna"... de nuevo la vista fija en Suzuki y Kiria... ¿Kiria?... ¿Kiria la esa viendo de "esa forma"?... sí, sí, sí la esta viendo de "esa forma”... Un momento ¿quién es el imbécil ese que abraza por sorpresa a Kiria tocándole parte de sus senos?... ¡que bien, un buen codazo a su estómago!... Kiria lo mira molesta y Suzuki aún más... pero pone una cara de imbécil, tonto, regañado que hasta a mí me da pena, pero... ¡Qué bueno que no toco a Kiria... el capítulo termina con una Suzuki abrazando a su salvadora y un Katsumico (nombre o apellido del otro participante) abrazándose su estómago. "Es solo una alumna"... de nuevo su voz... "Es solo una alumna". - ¡No! - casi grité - no seré solo una alumna más... - arrojé mi suéter sobre la cama - voy a ser su mejor alumna... ¡La Mejor! - me senté frente al escritorio y saque mis útiles era hora de trabajar. - Linda chica Karla... - dijo Iván mientras se sentaba en uno de los sillones. - ¿Te gustó?... - Karla le miró divertida - ¡Será posible que estés cambiando tus preferencias? - se sentó a un lado de él. - Ja, ja, ja, ja, ¡hey! No digas esas cosas tu sabes que yo me quedo con los hombres... Pero tu... - acercó su rostro al de ella examinándola con cuidado - eres diferente... y esa chica es muy guapa... no bajes la vista, mírame a los ojos... te gusta ¿verdad? - sonrió maliciosamente. - ¿Estas idiota? - Karla se levantó un poco molesta - No ves que solo es una niña... - Bien desarrolladita - le interrumpió. - No digas estupideces, es una niña de 16 años y yo una mujer de 25... ¿sabes hacer cuentas?... - le miró seria. - Nueve maestra... ¿me pondrás una estrellita? - le miró con inocencia. - Nueve años Iván y eso no es cualquier cosa... además tu sabes bien lo que pienso acerca de la diferencia de edades. - Vamos a la cocina Karla ya huele a café - Iván se levantó serio ante el último comentario de su amiga. - Voy por las tazas - dijo Karla. Ambos caminaron sin decir más hacia la cocina, Iván apagó la cafetera, por un momento su rostro se tornó demasiado serio mientras observaba el líquido oscuro. - Karla... sé que aún no has podido olvidar lo que viviste al lado de Nancy... El ruido que provocó la taza al caer hizo que Iván se volviera rápido. - ¡Imbécil! - Karla se acercó a Iván tomándolo con fuerza de su camisa - ¡nunca, nunca pronuncies su nombre enfrente de mí! ¿entendiste? Iván le miró a los ojos y pudo ver como refrenaba una furia combinada con frustración además de que temblaba. - Karla, suéltame, me lastimas... por favor - Iván le sujetó las manos. Karla volvió en sí... era cierto lo estaba lastimando, lo soltó y le dio la espalda. - Solo por favor... nunca la menciones de nuevo. - Karla no puedes... - Iván... por favor - Karla se volvió para mirarlo y él comprendió que debía dejar las cosas así.
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