Cuando Jacques dirigió la mirada atrás vio a Egan ahí.
—¿Qué quiere? ¿Por qué le importa tanto lo que hagamos o no? Yo no le importó para nada, solo soy su esposa despreciada, entonces, ¿Qué quiere aquí? —exclamó frustrada
—Tal vez tiene un trauma, cuando éramos pequeños, su padre acusó a su madre de infidelidad.
Grecia abrió ojos enormes, casi con una mueca de burla.
—¿Cuál es el chisme? Cuéntalo, amo ese chisme.
Él rio.
—Es simple, no supe mucho, solo lo que mi padrino me contó y Egan también, sus padres estaban por divorciarse ante los rumores de que Zafiro fue infiel, él se enteró cuando lo escuchó decir a su padre, tal vez por eso es que está aquí, no le gustaría ser engañado, incluso si eres su esposa despreciada; ahí donde ves al gran Egan Montenegro, al que los hombres le ven
