Verónica se alejó tan rápido como pudo, aunque no se fue del lugar, Grecia empujó con fuerzas a Egan, haciendo que el hombre diera contra el barandal, sus ojos eran enormes, él no daba crédito a su molestia.
—Grecia, ¿Qué haces?
—¿Qué hago? Veo como, “mi esposo” flirtea con otra en mis propias narices, eso hago, ¿te parece muy lindo ser humillada así? He tenido suficiente de ti —espetó
—¿Eso que significa?
—¡Me largo! —gritó la chica y dio la vuelta.
Egan se quedó congelado. Miró a Verónica que le hacía un gesto de repruebo, para al final alejarse de él.
Egan hizo un gesto de desespero, finalmente fue tras Grecia.
«¿Qué demonios le pasa? Es tan voluble como un volcán despierto, no sé cuando entrara en erupción, ¿Qué le hice? Ella no me ama, me desprecia tanto, como yo a ella, entonc
