Abril Lara
Abrí mis ojos con la sensación de querer ir al baño, rápidamente y como pude me senté en la cama, respiré profundo, no era fácil para mi poder controlar mis enormes ganas por hacer pipí. Me puse de pie rezando porque mis piernas no me fallaran, me senté en la silla de ruedas y después de varias maniobradas con mi cuerpo y pensamientos de agradecimiento a mi padre por haber puesto todos esos pasamanos para que pudiera ir al baño sin tener que estarlos despertando, al fin salí del baño sintiendo gran alivio en mi cuerpo.
Miré el reloj de mi mesita contigua a la cama, apenas eran las 11:30 de la noche, era entre comillas temprano, ya que llegué a pensar que era de madrugada. Miré el computador, un leve cosquilleo apareció en mi cuerpo.
Antes ni si quiera hubiera imaginado que mi pasatiempo favorito se convertiría en jugar ajedrez en línea. Al principio lo hacia para distraer mis pensamientos, para no dejar que la tristeza por ver que la rehabilitación y mis tratamientos no daban los resultados que esperaba, pero había conocido un chico al otro lado de la pantalla que me intrigaba, me gustaba su sentido del humor un poco ácido, presentía que a veces el mismo me dejaba ganar solo para que no me sintiera mal por perder todos los días cuando jugábamos.
El era un experto, el primer lugar en el ranking y siempre tenia un tema de conversación para todo, sonrió, bueno no creo que para todo, más bien el sabia mucho sobre temas filosóficos y científicos, que si bien trataba de seguirle el hilo a veces terminaba googleando las cosas que me platicaba a través de la pantalla.
Elias… alias EFB, para nombrecito. Suponía que sss eran las iniciales de su apellido, lo imaginaba como un chico del tipo ratón de biblioteca con lentes. Aunque me dijo en una ocasión que se había graduado de la universidad, nunca le he preguntado donde trabaja, no hemos cruzado esa línea tan personal, aunque nos llevamos bien a través de la pantalla no se mucho sobre él, al igual que él sobre mí.
Mis ojos pestañean como flash, una sonrisa se dibuja en mi rostro al ver que esta conectado. Llevo una de mis manos al pecho, mi corazón esta latiendo fuerte, no debería sentir esta emoción, no quiero tener una desilusión. Ni si quiera lo conozco en persona.
“Hola…” tecleo dudando si es el mejor saludo, no quiero que piense que he estado esperando todo el día para poder platicar con él.
Pasan algunos minutos, miro mi cama, tal vez solo no cerró sesión en su computador. Pero luego recibo un “Hola Abby”.
Mis manos tiritan de emoción, mi cabeza da vueltas pensando que puedo preguntarle.
King22: ¿Cómo ha ido tu día hoy Elías? ¿Te apetece un juego?
La verdad es que no tengo cabeza para jugar, pero si es para platicar con él, me sacrificó, total, mañana no tengo que ir a la escuela ni trabajar. Suspiro, abatida. Me avergüenza pensar que me estoy volviendo adicta a lo que siento cuando estoy frente a la pantalla platicando con él. Conozco estás historias y como terminan, en medicina llevamos un semestre de psicología, primero hay mucha emoción, muchas ilusiones, pero cuando se conocen todo el amor que se profesaron frente a la pantalla se va.
¿Pero qué cosas estás pensando Abril? Tragó saliva, me estará afectando el sueño. Elías solo es un chico con el que me escribo por las noches y juego ajedrez. Nunca lo conoceré en persona por que no pienso decirle que soy una chica que tiene que usar una silla de ruedas para moverse.
EFB: Estaba a punto de dormir, ¿Te parece si hoy no jugamos y solo platicamos?
Fruncí el ceño, era la primera vez que no jugábamos. Estaba confundida.
King22: Está bien, pero un poquito por qué también estoy a punto de ir a dormir.
EFB: ¿La universidad?
Mi pecho se contrajo, le había dicho que estudiaba medicina en la universidad. Exhale.
King22: Si y tú debes trabajar supongo…
EFB: ¿Es normal pensar en alguien durante todo el día?
Mi mano se aferró al mause con fuerza. Pasé saliva, yo estuve pensando en él durante el día.
King22: Depende de en quien estuviste pensando, ¿una chica tal vez?
Me muero de la curiosidad, nunca le he preguntado si tiene una novia, me gustaría saberlo.
EFB: Una chica que conocí hace tiempo, nunca había tenido tanto interés en alguien como lo tengo en ella, me da vergüenza ya que ella ni si quiera sabe los sentimientos que provoca en mí.
Muerdo mi labio inferior.
King22: ¿Eso quiere decir que no tienes novia?
Me gusta ser directa.
EFB: No, nunca he tenido novia.
King22: ¿? ¿Es en serio?
Miro la pantalla anonadada. Me estará tomando el pelo, seguro no es cierto.
EFB: ¿Lo dudas?
Su pregunta me toma por sorpresa.
King22: Claro que sí, tienes 22 años, ¿nunca has besado a alguien?
Mi curiosidad está al límite, no entiendo como un hombre tan joven, propio e inteligente nunca ha tenido una novia.
EFB: Nunca, quiero que mi primer beso sea con alguien especial, ¿has tenido novio?
Tragué saliva. Este hombre era un sueño, mi sueño. “Si tan sólo no estuviera en esta silla de ruedas…”
King22: Si, algunos.
Tarda casi un minuto en contestar.
EFB: ¿Tienes ahora?
King22: No.
EFB: ¿Por qué?
King22: Mi último novio me abandono.
Escribo recordando la tristeza que sentí cuando Max, simplemente desapareció de mi vida.
EFB: No puedo creer que alguien abandone a alguien tan especial como tú, Abby.
King22: Tal vez no soy tan especial, Elías, tal vez estoy defectuosa…
Una lagrimita se asoma a mi ojo derecho, la cual limpio con rapidez.
EFB; Para mi eres única, hoy mi prima me llevo a cenar para que conociera a una de sus amigas, aunque ella es linda e inteligente, no pude dejar de pensar en alguien más.
Mis labios temblaron ligeramente al leer eso.
King22: Tal vez deberías darte una oportunidad con ella.
EFB: Abby tú eres esa persona especial en quien no puedo dejar de pensar, en dos días finalizará de nuevo el mes y no quiero dejar de hablar contigo.
Mi corazón late frenéticamente, tampoco yo lo deseo.
King22: Podemos platicar por chat, no precisamente jugar ajedrez, por que para ser sincera, creo que, aunque entrene mil años nunca te podré ganar.
EFB: Jajaja… tal vez algún día, pásame tu número, te escribiré.
King22: +551496820
No paso ni un minuto cuando un “Hola, soy Elías” llegó a mi móvil. Sonreí al ver que la foto de su perfil era una caricatura de un chico con lentes, no había foto de él, típico nerd. Yo tampoco tenía foto, borré todas las fotos que tenía hace un tiempo, cuando estuve en mi peor momento, quería desaparecer, que nadie me recordará.
Elías: Abby, ¿aceptarías algún día que nos veamos en persona?
Mi corazón se detuvo por un milisegundo, mis ojos se abrieron como platos de la impresión.
Abby: ¿Por qué quieres conocerme?
Elías: Por que siento algo en mi corazón que cada día se hace más grande y necesito averiguar si esto es verdadero o una simple ilusión, podemos conocernos, dijiste que también vives en la Capital, podemos vernos en algún café cerca de tu universidad, no soy un delincuente, lo prometo.
Sonrío al leer lo último, jamás he pensado que sea un delincuente.
Abby: ¿Y si te decepciono?
Elías: Estoy seguro de que no lo harás.
Miré mi silla con tristeza, ya casi se cumplían dos años así y no sabía si algún día volvería a caminar, Elías era un buen chico y no se merecía que esto continuará, porque aunque fuera el chico más bueno del mundo, ¿Quién querría ser amigo de una paralítica?
Necesitaba que supiera mi secreto, después, él decidiría si quería continuar con esto.
Abby: Necesitas conocerme, ¿hacemos una video llamada?
Elías: Estoy en pijama…
Fruncí el ceño, ¿acaso el también sentía vergüenza de que lo viera?
Abby: Necesitamos conocernos Elías, sólo así sabremos si hay un futuro en nuestra amistad.
Me moría de ganas por verlo, quería saber si ese Elías que había imaginado era real, si todo lo que me ha dicho es real.
Elías: Esta bien, pero hay algo que debes saber sobre mí.
Abby: También hay algo que debes saber sobre mí.
Sin perder el tiempo, lanzo la video llamada, pero con la cámara apagada, luego de varios segundos, él me responde al igual que yo tiene la cámara apagada. Chico listo.
—Enciende la cámara Abby… —dice, su voz es ronca, muy sexy a decir verdad.
—Enciéndela tú primero.... —lo reto de manera juguetona.
El ríe, es la risa más hermosa que he escuchado, todo mi interior se derrite, si así es su voz no me imagino como es él, ¡necesito verlo!
—Esta bien —dice —recuerdas que te dije que había algo que tenía que decirte, soy el hijo de unas personas muy conocidas en el país, no quiero que eso te intimide.
Alzó una ceja, ¿el hijo de un artista? Mis manos tiemblan, ¿en que lío me he metido, Elías me odiará?
—¡Enciende la cámara ya, que me muero de curiosidad! —suelto emocionada.
Aunque me odie, al menos tendré el anécdota de que conocí al hijo de alguien famoso.
—Ya voy… ya voy… eres muy curiosa…
La cámara se enciende y casi me da un infarto al ver al hombre en la pantalla, en verdad es muy guapo, cabello oscuro, semi castaño, usa lentes, facciones cuadradas, dándole el aire de Clark Kent, pero espera… detalló bien sus facciones, ¡Lo conozco! De pronto siento que me desmayo al mismo tiempo me dice que es mi turno de encender mi cámara. Elías, EFB, comienzo a atar cabos en mi cabeza, ¡Elías Ferrer Brin, el hijo del expresidente Ferrer y la doctora Sally Brin, entonces…él es el jefe de mi padre! ¡Oh por Dios! Cuelgo la llamada de inmediato.