Pov: Natasha
Hoy es un día un tanto complicado y cansado ya que nos estamos mudando de la ciudad a un pueblo más pequeño. Mi padre decidió invertir en negocios en este lugar, que aunque no está en medio de la nada, es bastante pequeño. Según él, será mejor para mí, ya que busca un ambiente más sano y seguro. Aunque a veces me siento agobiada por su sobreprotección, entiendo que se preocupa por mí. Espero que en este pueblo haya menos peligros, al menos eso espero.
Sasha: ¡Natasha, baja ya! Se nos hace tarde.
Natasha: Ya bajo.
Observo mi habitación casi vacía y siento un hueco en mi pecho. Es normal sentir nostalgia, ¿verdad?
Bajo y voy recorriendo cada rincón de lo que ha sido mi casa durante tantos años. Ha sido difícil ver cómo sacan las cosas y cómo se va vaciando. Me gusta este lugar, pero es parte de la vida, los cambios son normales. Me digo a mí misma que debo dejar de pensar en eso, o de lo contrario, me pondré a llorar, y no quiero hacer que esto sea más difícil. Mis padres están emocionados, y espero que el lugar nuevo sea bonito. Tal vez logre encontrar algo diferente aquí. No me ha ido mal en la ciudad, tengo bastantes amigas y amigos. Viví casi toda mi vida aquí, tuve un par de relaciones que no funcionaron. Los pobres chicos se sienten intimidados por mi padre, y quién los puede culpar. Él es intimidante para todos, excepto para mi mamá y para mí. Y entre nosotros, mi madre intimida más a mi padre que él a ella. Afortunadamente, ella frena a papá y me permite tener una vida social. Le agradezco mucho por eso, ya que de lo contrario estaría encerrada en una casa de seguridad recibiendo educación en casa, y creo que me quedo corta al decirlo.
Salgo y veo a mis padres en el auto. Nos espera un largo viaje. ¡Hermoso!, noten mi sarcasmo. Tendremos que ir por carretera, ya que no hay un aeropuerto cercano. Aunque no suelo quejarme mucho, en serio, tantas horas en auto resultan agotadoras. Siento que se me dormirá todo el cuerpo desde la cintura para abajo. Pero bueno, aquí vamos.
Vlad: Lista.
Natasha: Sí.
Vlad: No te preocupes, mi niña. Vas a ver que te gustará la nueva casa. Es muy linda y espaciosa, y el lugar es tranquilo. Te adaptarás.
Sasha: Sí, cariño. No te pongas triste. Será un gran cambio, pero no todos los cambios son malos.
Natasha: No he dicho lo contrario en ningún momento.
Sasha: Pero tu cara lo dice todo, mi vida. No eres buena ocultando tus emociones.
Mi padre me ve con cara de culpa en el espejo retrovisor. No me gusta hacerlo sentir mal, enserio no me gusta.
Natasha: Lo sé, sé que todo estará bien. Confío en que siempre hacen lo mejor para mí y para la familia. Solo extrañaré este lugar y a todos mis amigos. Eso es todo. Bueno, salgamos antes de que todos nos arrepintamos. Ya nos estamos volviendo muy emotivos.
Y así empieza esta nueva aventura. Mi madre se acomoda en el asiento del copiloto, mi padre conduce y yo voy detrás. Comenzamos este largo viaje. Ayer me despedí de mis amigos, no quise hacer este día más triste. Si los tenía aquí hoy, habría llorado, y no quiero que este día sea más difícil de lo que ya es.
Ocho horas después...
Por fin estamos llegando. Pensé que nunca llegaríamos. Siento que todo mi cuerpo me duele. El automóvil es cómodo, pero después de tantas horas sentada, mi cuerpo ya no lo aguanta. El clima en este lugar es mucho más fresco, incluso diría que está helado. Hay muchos árboles altos. El lugar se ve bastante pintoresco. Para ser sábado, pensé que habría más personas fuera, caminando por la calle o en el parque. Lo que sí veo son adolescentes de mi edad, o al menos eso parecen, que están molestando a alguien. No soporto esas cosas.
Natasha: Papá, puedes parar el auto un momento, por favor.
Vlad: ¿Qué pasa, cariño?
Natasha: Solo para un momento, por favor.
Vlad: Está bien.
Salgo del auto y me acerco a ellos. Estas situaciones me enfurecen. Muchos dicen que soy muy impulsiva, pero odio de verdad a los abusadores.
Natasha: ¿Por qué están molestando a este chico? (digo firmemente)
Desconocido1: No es asunto tuyo, hermosa. ¿Acaso quieres llamar mi atención? Si quieres salir conmigo, no necesitas hacerle esto, ya eres suficiente por ser bonita.
Y sus estúpidos amigos se ríen. Enserio, odio a los patanes como ellos.
Natasha: ¿Estás bien? (pregunto al chico de gafas, se ve muy asustado)
¿Cómo te llamas?
Chico de gafas: Me llamo Luis.
Desconocido1: No le pongas atención a este don nadie. ¿A quién le importa cómo se llama? Aquí estoy yo, muñeca. Yo me llamo Iz...
Natasha: A mí no me interesa cómo te llamas. Es más, no creo que a alguien más le interese.
Varios desconocidos al mismo tiempo: Uuuu... te basurearon.
Natasha: ¿Mucho gusto, Luis? En cuanto a ti, arrogante y despreciable, primero muerta antes de querer salir con alguien tan desagradable como tú.
Varios chicos al mismo tiempo: Uuuhhh... tiene agallas la Barbie sexy.
Natasha: Barbie sus abuelas. A mí no me etiqueten de ninguna manera.
Desconocido1: TÚ NO ME VAS A INSULTAR ASÍ, P... (interrumpido por Vlad)
Vlad: ¿Pasa algo aquí? (dijo mi padre con voz firme)
Les había mencionado que mi padre era intimidante, bueno, cuando habla molesto es peor. No recomendaría intentar intimidarme, ya que mi padre de casi dos metros de altura, fornido y con acento ruso, los habló fuerte y de mal genio. Estos tipos casi se orinan encima. Se pusieron pálidos al ver a ese hombre hablarles así.
Desconocidos: N-nada, señor.