Me alejaste de las personas que mas amo en el mundo incluso por encima de ti, mis hijos. Esos hermoso, regordetes y rojizos mini personitas que me dan vida con solo uno de sus minúsculos movimientos.
¿sabes cuanto me duele no verlos? ¿cuanto quería estar allí para ellos, cada dia de mi existencia por corta que esta fuera?
No. No lo sabes, no sabes cuanto quería estar para ellos en sus primeros pasos, sus primeras palabras- Quería todas sus primeras veces con ellos. quería todo contigo.
El dia que te vi por primera vez siempre está en mi mente, tus cabellos rojizos volaban en un caos con el viento y te delataba, amo tu cabello y agradezco que nuestros hijos lo hayan heredado. Me preocupa que hereden algo de mi, temo que sean explosivos y malos contigo cuando se enojen, temo que hagan o digan cosas que te afecten, y no poder estar allí.
—Unas lágrimas cayeron por sus mejillas y pudo suspirar por unos segundos sabiendo que no la odiaba.
Esa carta había estado en sus manos por seis años, todo el tiempo que le tomó perdonarlo por todo lo que hizo.
Aún ama al hombre que la cuidó, que protegió de todos y jamás juzgó por sus errores. ¿cómo podía seguir odiando a alguien que no hacía más que amarla? ¿pero puede amar alguien que asesina persona?
Esa misma mañana, Maral había recibido una llamada de alguien que no sabía que tuviera su ubicación.
La nana de Damián, aquella persona mayor que había cuidado de él toda su vida, ahora había pedido verla.
En su cabeza daban vuelta varias preguntas, como :¿porqué ahora?, ¿de qué quiere hablar?
La había citado a un lugar público para menos exposición a cualquier situación.
La señora entendió a la perfección.
Si bien Maral había salido de la mansión que vivía con Damián, no pude dejar Italia, ya que sus hijos necesitaban el permiso de su padre y ella no quería verlo o saber nada de él, hasta ahora.
Tres sobres más esperaban en el suelo junto a ella, ser abiertos.
Entonces abrió la segunda carta, la misma que llegó a su destinatario dos años después.
Estoy enojado, estoy molesto, estoy herido, me siento como el más grandes de los idiotas.
La única persona en la que confíe me traicionó.
Siendo honesto no me parece raro, eres eso que no pedí, pero cuando tuve no supe mantener.
No sé amar, no supe amarte y odio eso también.
El primer día que llegué aquí, pensé que en algún momento vendrías a visitarme y podría negarme a salir.
Quería eso, quería mi revancha y salir triunfador, pero la verdad es que merezco todo lo que me has hecho.
Aquí no es tan difícil, aunque admito que más que pensar en ti, recuerdo mi infancia.
Las interminables noches en las que fui sacado de mi cama a media noche, a veces a golpes, a veces a tirones, otras veces con gritos.
Debo reconocer la creatividad de mi padre.
Siempre fue variado el inicio, aunque siempre terminaba igual. Yo terminaba viendo el amanecer ensangrentado, golpeado, mojado, o simplemente dolorido. Aunque debo decir también que eso fue solo los primeros 10 años, ya que después dejó de doler, o talvez yo dejé de sentir.
Tú, la primera vez que te toqué, aquel día en la puerta cuando nuestras manos coincidieron, la tuya por huir y la mía que al principio no sabía porque salté hasta ti.
Jamás oculté la relación que tenía con aquella loca, solo era una amante y no tenía más importancia, pero aquel día, ese día estaba asustado, aterrado de que tú me hubieses visto allí con ella. Por unos segundos pensé en explicarte lo que sucedía o hasta explicarme, pero rápidamente desistí. Ese día supe lo jodidamente perdido que estaba por ti. ¿Cómo diablos me pude perder así, de la nada por una chiquilla? "pensé" .
El tiempo aquí me ha servido, he conocido gente que no necesitaba. Me piden dinero, favores y demás tonterías cuando termino una pelea.
Espero no me juzgues, pero he ganado cada pelea pensando en ti. No puedes juzgarme cuando he defendido tu honor aunque no saben de tu existencia.
Aquí dentro usan todo tipo de insultos y siempre termina incluyendo ofensas, "para tu mujer" como dicen ellos, entonces pienso en ti, en lo que dicen y mi voluntad de cambiar me abandona. Ellos se convierten en sacos de arena para mí, y solo me dejo llevar, hasta que soy electrocutado por los celadores. A Veces es divertido.
Ahora agradezco que no vinieras, que no le dieras a estos infelices un rostro, un nombre o algo más.
Agradezco que te mantengas lejos de mí, seguramente habría cometido muchos más errores contigo aquí. No, no te culpo de nada, al contrario estoy aquí por ti.
Si no lo sabes, la INTERPOL me tiene aquí con otro nombre, les aterra que sepan quién soy aquí dentro.
Ha servido, he podido romper huesos y dar más trabajo a los de enfermería estos tres primeros años.
De vez en cuando te recuerdo cuando estoy furioso, siempre pienso en ti, pero también imagino lo cambiada que estarás.
En mi mente está aquella chiquilla, valiente y atrevida que me entregó su mayor tesoro y pureza, pero sé que han pasado 3 años desde entonces y seguramente has cambiado.
No sé cómo estará tu cabello, si lo cortaste o lo mantienes igual de alborotado.
Solo puedo imaginar tu rostro y cabello, porque asumo tu cuerpo no es igual, pero sé que nada cambiará que eres hermosa.
Lo que no consigo imaginar es que estés con alguien más, apenas empiezo y ya está mi celda llena de celadores tratando de neutralizar al desgraciado que mi padre creó.
Pienso en mis hijos, ahora ya deben estar mucho más grandes, espero sean felices, no permitas que lloren y que nadie los lastime. Pero ten la certeza de que si los lastiman, lo sabré y mataré aquel que se atreva hacerlo. Lo siento, no lo puedo evitar.