Tan pronto como entre en el auto de Matías y abroché mi cinturón, empecé con la laboriosa tarea de maquillarme, antes de salir de casa me tomé el tiempo suficiente de preparar la piel con lo necesario para colocar los cosméticos en el rostro. Opté por un maquillaje suave a excepción de los ojos que me propuse usar colores fuertes para intensificar la mirada y tomando la regla general, en los labios decidí usar un color natural en durazno mate.
Al verme al espejo después de terminar mi obra maestra que me llevo un poco más de media hora, me di cuenta que olvidé colocarme mis lentes de contacto, los cuales, eran usados más por estética que por salud, en realidad, ni siquiera era por estética, solo era para ocultar mi verdadero color de ojos que en más de una ocasión me hicieron pasar
