Tal como lo había dicho, todos nos concentramos en el trabajo, falta una hora para terminar con nuestro horario y partir a casa, pero todavía no tenemos resuelto el problema que nuestro querido rey demonio nos puso en frente. ¿Es que hicimos algo mal para que nos castigue? _ Eri. Tengo sueño y hambre, piensa en algo rápido o moriré. Noemí se lamentaba, parece una pequeña niña mimada. _ ¿Por qué yo? _ Porque a nadie más se le ocurre algo. _ Nadie se va hasta que no tengamos al menos la idea y hayamos escogido qué fundación será la escogida. Quedamos en un silencio profundo, Noemí mira con tristeza la hora, Jin está coqueteando con las chicas de ventas que fueron a dejarnos unos informes solicitados, Julián, el más serio de nosotros, arregla sus lentes y entierra su c