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Señorita Rechazo

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Blurb

Señorita Rechazo, así es como conocen a Charlotte; la historia de ella es algo peculiar. ¿Una mujer tan guapa con miedos e inseguridades? ¿Qué haya rechazado a muchos buenos candidatos como pareja?

Una historia de comedia, drama y romance, haciéndose en cada capítulo más atractiva por la superación y las respuestas que va consiguiendo Charlotte sobre si misma.

Porque más allá de lo que simplemente vemos hay algo de lo que no entendemos hasta que lo vivimos.

La lista de hombres rechazados que tiene Charlotte ha crecido tanto hasta que aparece alguien que decidido a cambiar eso, primero como un reto, luego todo cambia cuando comienza a desarrollar sentimientos por ella, viéndose ella en un enredo de competencia, rivalidad y amor (aunque no se de cuenta).

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Capítulo 1
El amor es una cosa sería, algo así como una montaña rusa que sube y baja, te diviertes y disfrutas, pero a la vez te asustas o te mareas de repente. ¿Por qué debería Charlotte enamorarse? Es lo que ella piensa, y tiene tantas ideologías para sí, que guarda radicalmente. De pequeña era una niña bastante curiosa y tierna, pero al entrar a la escuela sufrió de bullying por su aspecto físico, cosa que le hizo tener complejos, y sumado a eso su padre también complementaba a sus complejos. "Charly, estas muy delgada, come más. Y deja de comer dulces que tienes la cara como un pastelito, llena de bultos y grasa." Comentarios así tenía que soportar a diario, y la mayoría del tiempo lo decían de manera despectiva o en tono de burla. Charlotte siempre ha sido delgada, pero en su adolescencia fue cuando le puso más atención a eso. Se preguntaba siempre por qué sus pechos o caderas no aumentaban, por qué su trasero seguía del mismo tamaño o por qué sus brazos eran más finos que las demás; se comparaba con sus otras compañeras, lo que la volvió más tímida y muy reservada. Los chicos también se burlaban de ella, la llamaban de muchas maneras que... herían su autoestima, "huesito" o "tabla", todo esto la hizo sentirse tan mal y su autoestima estaba más que deteriorado. Su adolescencia fue tan triste; ella empezó a usar suéteres grandes para ocultar sus brazos, también, cuando estaba sola en su habitación recordaba todo lo que le decían y que incluso el chico que le gustaba la solía mirar de mala manera porque se había enterado que a ella le gustaba. Él era un rubio de ojos claros muy atractivo y alto, que al enterarse de eso empezó a verla de arriba abajo. Al recordar todo esto no podía hacer más nada que solo llorar, y... Cualquier cosa que encontraba la usaba para autolesionarse. —¿Charly por qué nunca te quitas ese suéter? Le preguntó un día, una de sus compañeras de clases mientras esperaban a los demás. —Es que no me gusta mostrar mis brazos. —Respondió Charlotte algo insegura. —No creo que te veas mal. A ver, quítatelo. Charlotte ante la insistencia y como estaban solas esperando a los demás ella se bajó la cremallera y se quitó el suéter. Los ojos de su compañera saltaron de sus cuencas de manera exagerada y dejó salir una risa nada disimulada. —Ay, sí, mejor póntelo, póntelo. Te ves demasiado flaca. La verdad no esperaba un halago, pero, tampoco que se burlara de ella de esa manera tan poco prudente. Luego al estar sola en su habitación, era cuando se veía al espejo o que estaba a punto de bañarse que... —¡Odio este cuerpo, me odio, doy asco! ¿Por qué tuve que nacer así? Soy una estúpida e idiota. —Murmuraba con mucha irritación y lágrimas en su cara, al tiempo que rasguñaba de manera brusca sus piernas, brazos y muñecas. Nadie sabía de esto, solo sus amigos más cercanos que no parecían darle importancia y hacían menos toda su situación. Pero, al entrar en la Universidad se propuso cambiar, se decía que no iba a repetir la misma lamentable y deprimente historia. Conoció a Iván, un muchacho moreno, corpulento y de cara arrugada que, aunque parecía obstinado se dejaba llevar por todo lo que Charlotte le decía, se habían vuelto mejores amigos y él era su paño de lágrimas, su apoyo y motivación. Iván la ayudó a entrenar, todos los días le recordaba la rutina que debía hacer, y poco a poco iba ganando resistencia para cada rutina. Comenzó a cuidar más su piel, aunque eso fue un largo proceso porque todo lo que se hacía no parecía funcionarle, hasta que fue donde una cosmetóloga amiga de su padre y en varias sesiones fue recibiendo tratamiento y a cuidar mucho más su piel. Un año donde entrenó fuertemente y los cambios eran ya notorios, seguía delgada pero, con más cintura y un abdomen marcado, sus caderas aumentaron un poco al igual que sus piernas y glúteos que se afirmaron. Empezó a arreglarse y combinarse más, se volvió más femenina y el cambio que hizo transformarla por completo de manera radical, fue cuando decidió cortarse el cabello. Decidida. Ya había investigado que cortes le favorecía a su tipo de rostro y "El Corte Bob" Era el indicado. Su cabello era larguísimo; cuando se lo cortaron se veía como si fuese otra, y por primera vez al verse al espejo sonrió satisfactoriamente. "Ya no seré más la Charly de antes, ahora soy Charlotte, inalcanzable, guapa, inteligente e invencible. Soy IGII" IGII eran las iniciales con las que ella se representaba perfectamente. Era todo un cambio y aunque a veces se sentía agotada por todo lo que debía hacer, no desistía pues así era como iba logrando sus objetivos. Al entrar al salón o andar por los pasillos de la Universidad, dentro de ella iba sintiéndose satisfecha al sentir las miradas y escuchar como la siseaban o le decían piropos por lo guapa y atractiva que se veía. Con el tiempo, Iván empezó a alejarse de Charlotte y ella se sintió muy mal por eso, ya que no tenía muchos amigos, de hecho, no tenía ni una amiga, solo un amigo gay de la universidad cuyo nombre es Arthur, también Edgar, un alocado chico quien ha sido su fan desde que la conoció e Iván, sin embargo, sin razón fue alejándose hasta que ella decidió hablar con él pero solo ponía excusas... Charlotte había decidido no ser la tonta que iba detrás de los demás, antes había sido humillada con un chico por ser ella quien siempre lo buscaba, pero estaba vez se juró no ir detrás de nadie y tener orgullo y dignidad, para así cuidarse a sí misma. «Eres un estúpido, Iván. Tú fuiste quien se alejó, así que no iré a pedirte que vengas conmigo, si decidiste alejarte pues así será». Llorando por extrañar a su amigo Iván, lo borró de sus contactos y de sus r************* . Si iba a ser alguien diferente debía ser rígida y fuerte, no débil, como la Charly de antes. Al estar en el curso introductorio de su carrera de derecho en la Universidad, empezaron las miradas y los halagos de los chicos hacia ella, incluso el primero en ser rechazado. Charlotte no quería estar con nadie después de haber sido lastimada por un novio que tuvo a final de año de la secundaria, y aunque aparentaba ser fuerte e inalcanzable, aún por dentro seguía siendo extremadamente empática y se le hacía difícil rechazar a alguien. "Tu eres un gran amigo, me divierto contigo y nos la pasamos bien, sin embargo no quiero una relación ya que estoy enfocada en mi, en crecer y mejorar. Tener una relación sería una distracción y un lujo que no puedo permitirme, así que, espero que entiendas y que sigamos siendo amigos. Te quiero mucho, Edgar." Aquel rechazo fue por mensaje de w******p, ya que Edgar uno de sus amigos de la Universidad se le había confesado por mensaje, y aunque le pareció tierno a Charlotte su manera de confesarse... Ella tomó valor y buscando las palabras adecuadas lo rechazó sin titubear. Y de ahí empezó todo. Muchos chicos le escribían por f*******: invitándola a salir o se le confesaban, y otros solo la elogiaban. Ella empezó a soltarse e ir rechazanlos de diferentes maneras a cada uno y a otros solo los usaba para coquetear de a ratos sin ninguna responsabilidad. Charlotte empezó a hablar con chicos menores y mayores que ella, se dió el gusto de solo pasar el rato y coquetear, sin nada de responsabilidad aunque algunos sí querían algo serio, ella tuvo que rechazarlos. Y la lista iba sumándose... 1- Edgar. 2- Jorge. 3- Matías F. 4- John Louis. 5- Gerardo. 6- Cristopher Blake. 7- Anton. 8, 9, 10, 11, 12... Hasta el último, el cual era el número 70 cuyo nombre es Jules Tyson, abogado del bufete donde trabaja Charlotte, aunque es el último en ser rechazado, con este ha sido algo diferente porque no ha sido rechazado una vez, sino... cuarenta veces ¿saben lo que es rechazar a alguien cuarenta veces? ¡Es demasiado! Charlotte le ha dicho que no, que deje de insistir, pero Jules no se da por vencido y es alguien quien cree firmemente en el verso que dice "El que persevera alcanza". ¡Y vaya que se lo toma muy en serio...! —¡Buenos días, señorita Charlotte! ¡Buenos días! —¿Cómo está hoy? Apenas iba entrando al bufete y todos los abogados se levantaban a saludarla como si fuese la presidenta o directora, hasta las mujeres. Es que Charlotte imponía respeto, carácter, belleza e inteligencia al cien. —Buenos días. —Alegó con una breve y simple sonrisa, una de esas que hace cada mañana por educación y modales. Aunque en su mayoría eran falsas. Jules aprovecha que su diosa ha llegado y yendo detrás de ella aumenta el paso hasta ponerse al frente y obstaculizarla. —Hola, hola, señorita rechazo. Eh, perdón, —corrigió rápido y a propósito con su tono de Don Juan— quise decir... Señorita Charlotte. —El extendió su mano la cual lleva una flor y la colocó entre la oreja y el cabello de Charlotte—. Una flor, para otra flor. —Jules, Jules... Yo no soy una flor —dijo volteando los ojos y quitando la flor que este acababa de ponerle— Y si lo fuera, sería una rosa. —La flor que Jules le había dado la llevó hasta una de las papeleras y la botó—. Una hermosa rosa con muchas espinas para que nadie se atreva a arrancarme. —Concluyó mirando al frente, ignorando la mirada de Jules y dando pasos produciendo ese sonido tan elegante de taconazos, se fue a su oficina. Aquella oficina de Charlotte era una de las más hermosas de todo el bufete, obviamente porque el gran Director sabía que teniendo a Charlotte trabajando con él sería más que suficiente para sostener el bufete, ya que ella era la mejor, excelente y pulcra en su trabajo.

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