April No podía quedarme en el comedor. Claro que no podía, no después de verlo salir detrás de ella. La necesidad de irme estaba matando, era como si las personas en mi cabeza trabajarán diciéndome que iban a hacer algo dentro de la cocina, como si eso fuera posible en horas laborales. Aunque de ellos esperaba todo, sobre todo del hombre que me había besado el día de ayer. Estaba enojada, furiosa, quería golpearla y a la vez tenía prohibido hacerlo, porque al parecer mi hermana y cuñado estaban más que enterado sobre esta especie de relación asquerosa que tenían los dos. — Disculpa —la chica me miró —Creo que estás interrumpiendo una charla —Subí mi ceja. — ¿Perdón? —me reí —¿Me estás contestando? —Lorenzo tomó su brazo para poner su cuerpo detrás del suyo y lo miró. —No creo que