Después que el Rey elfo viera lo que pretendió hacer la humana, él hizo lo posible para ignorarla el mayor tiempo que pudo. Liara lo veía de reojos a cada momento, la cama donde estaban era enorme, así que podían tener una distancia aceptable el uno del otro. Él regresó a su libro y Liara se acostó dándole la espalda. Inconscientemente, de vez en cuando el rey Cirdán veía de reojos a Liara, él deseaba preguntarle que le había ocurrido pero no se atrevía, mientras que Liara quería decirle que opinaba de ella y su cuerpo pero sería una locura hacer eso. Tiempo después, varios hombres elfos entraron trayendo consigo un montón de comida que dejaron en la mesa de la habitación. Liara se emocionó tanto que sin perder el tiempo fue hasta la mesa viendo el montón de postres y comida que habían tr