—He conversado solo lo básico con su señora, su majestad... —declara el elfo, desviando su atención hacia otro lugar—. ¿Y cuándo nos vamos? El viaje durará una semana, deberíamos partir ya —dice Aramis, ajustando su cinto, mientras que Liara le da la espalda, revoloteando los ojos porque ella deseaba pasar esos días de viaje solo con el rey. —No iremos de inmediato a ese viaje suicida, Aramis —dice Liara cuando se voltea nuevamente—. Pasaremos por mi aldea y nos quedaremos unos días. El rey ya lo ha aprobado. —¿De verdad? —cuestiona Aramis, sin poder creerlo. —Es cierto —responde el rey Cirdán, mirando a Liara. —Entonces, vámonos, no perdamos tiempo, rey Cirdán —dice Liara, pretendiendo comenzar el viaje, pero el rey elfo la sujeta y le dice: —Necesitas limpiar tu vestido... mis manos