Al día siguiente: Ciudad Capital Amurallada - Palacio Real del Reino de Arvender En el enorme y fastuoso salón del trono del Palacio Real, Nariel se paseaba por el trono, deslizando la punta de su dedo índice por el dorado espaldar de aquel enorme asiento que denotaba poderío. Parecía estar tentado a sentarse, pero sabía que no podía, ya que solo un rey podía ocupar el majestuoso trono dorado de los elfos. Dos ancianos, consejeros de la familia real, se encontraban a su lado, uno de ellos mostraba las arrugas de sus ochocientos años en el rostro, su belleza de antaño había desaparecido casi por completo. Nariel llevaba una prótesis en el brazo que Cirdán le había cortado. Era un brazo hecho de plata élfica, bellamente grabado con enredaderas. Aunque esta prótesis no le agradaba del todo,