V

1972 Words
Dejo los papeles de lado y entrelazo los dedos, dejando las manos sobre la mesa y no aparto la mirada de los hombres que están frente a mí. ¿Por qué mis reuniones siempre son con más hombres que mujeres? Ellos no me agradan, estoy segura que la mayoría de ellos alguna vez soltó al menos un comentario misógino en su cabeza, lo noto por sus miradas cuando me ven llegar. Nikolai siempre me regaña diciéndome que soy muy parcial y que no llegaré muy lejos de esa manera, además que no soy muy diferente a ellos si siempre me veré indispuesta a tratar con hombres y que tampoco está bien darle favoritismo a las mujeres cuando se supone que estoy luchando por la igualdad entre ambos. Joder, pero si solo él sintiera todo el coraje que me invade al sentir que estoy siendo más juzgada por tener v****a que el hombre frente a mí que de hecho es una escoria golpeadora. Lo peor de todo esto es que, aunque sea un hijo de puta, es bueno en los negocios, y no puedo permitirme rechazar este trato. Bien, no hay problema, el dinero mueve montañas, aceptaré todo esto, pero lo haré pagar el enojo que me está haciendo pasar y sobre todo le haré el favor a su esposa de alejarla de él. – Yo estaré en frente de todo y no se tomarán decisiones sin que todos los socios estén de acuerdo ¿cierto? – es una putada porque estoy agregándome más trabajo del que ya tengo, pero de otra manera no podría confiarme. Además, que me parece gratificante la mala cara que pone cuando me escucha decir que quiero estar al frente de todo esto. Pero es que esto a quien más le beneficia es a él, sí, nosotros ganaremos más renombre, dinero y todo eso, pero ellos al verse involucrados con nuestro apellido crecerán más de lo que nosotros lo haremos. – Si no le molesta, yo podría hacerme cargo de la administración, en general, y por supuesto que todas las decisiones se llevaran a cabo de manera unánime entre todos los socios involucrados – aprieto los labios y finjo pensar. El problema conmigo es que no me importa sobrecargarme de trabajo, no me sentiré segura si no soy yo la que está supervisando todo lo que pasa a mi alrededor, a duras penas puedo confiarles algunas cosas a mis hermanos e igual soy un jodido fastidio recordándoles cosas y pidiéndoles otras. Así de controladora soy, es estresante, agotador y desgastante, pero luego de todo eso, no hay nada más placentero que ver como todo va de maravillas porque hago el trabajo mejor de lo que cualquier otro podría. Así que sí, si yo no estoy vigilando todo, no aceptaré nada. – Disculpe, no es que tenga algo en contra suya – hablando del área laboral, la verdad es que no, no tengo nada en su contra, lo he investigado y puedo decir que por esa parte es impecable y hace un buen trabajo. Ya que sea una escoria de persona es otra cosa. Aquí estamos reunidos por negocios, no para compartir una vida juntos. – Es simplemente que no me sentiré tranquila si no estoy en la cabeza de todo, es una ligera manía que tengo con el control – suelto una pequeña risa, ignorando por completo su cara de culo. >> ¿Entonces? ¿tenemos un trato? La verdad sería una pena desperdiciar esta oportunidad – sonrío levemente, evitando burlarme de la mala cara que les lanza a sus socios. – Claro, no hay ningún problema – noto como le duele casi físicamente decir esas palabras. Sonrío encantada. Algo me dice que este tipo pedirá que nos reunamos por cada mínimo detalle y será un dolor en el culo verlo tan seguido y todo eso, pero esto valdrá la pena, yo me encargaré de que así sea. – Perfecto, hablare con mis abogados para que se pongan de acuerdo con los suyos y luego nosotros discutiremos el contrato – me pongo de pie, dando por finalizada esta eterna reunión, estrecho las manos de todos y una vez salimos, volteo hacia mi abogado. >> Tu y yo hablaremos mañana sobre lo que quiero específicamente en ese papel y sobre lo que no debes ceder ¿entendido? – él asiente, me sonríe y se va junto con los demás en el ascensor. Ese hombre me agrada, por eso es el encargado del departamento legal. Entro a mi oficina y veo a mi hermanito con el ceño fuertemente fruncido. Camino hacia él y le acaricio suavemente su frente. – Otra vez estas frunciendo el ceño, te verás viejo y arrugado antes de tiempo, y así ninguna mujer te querrá – dejo los papeles que necesitaba para la reunión en mi escritorio y me dejo caer en mi asiento. Veo con una sonrisa como se pone de pie y va a prepararme un té. Últimamente viene insistiendo con que la cafeína es muy mala y que debería al menos bajar la cantidad que consumo al día. Estamos probando con diferentes tés a ver qué tal me va, pero sinceramente, a sus espaldas, sigo yendo a la cafetería de Will. Bromeo un poco con su poca paciencia, burlándome de su malhumor y de la mujer que es la culpable de ello. Todo mientras vamos saliendo de la oficina, hoy todos iremos a cenar en la casa de mi hermanito mayor, y muero por ver a Gala. Ahora, referente al amor de Nikolai, sinceramente están entrándome muchas ganas de conocerla, debe ser asombrosa si está logrando que alguien tan impasible como mi hermanito se encuentre en ese estado. Sera grandioso tenerla de amiga. Ella podría ayudarme a enloquecer a Nikolai cuando él se comporte como un fastidioso conmigo y todo lo que me compete. De todos modos, todos mis planes malvados para enloquecerlo se van al olvido cuando lo noto sonreír al hablarme de ella. Él ya está perdido, y sinceramente me alegra tanto que quiero abrazarlo un poco. Es hermoso ver lo que hace el amor por ellos tres, me hace feliz ver a mis chicos felices, no necesito más que eso. Bueno, quizás sí, me gustaría un poco más de comprensión de su parte. No me agrada cuando están siendo unos imbéciles. Así como cuando empieza a joderme cuando le pido ayuda para espantar al policía que no deja de pagar mis cafés y alagarme, ignorando arbitrariamente todas las veces que lo he despachado. Bufo irritada, es un jodido fastidioso, no sé qué le cuesta hacerme el favor de deshacerse de ese policía. Puede que esté siendo algo malcriada, pero mejor huir que discutir por algo por lo que no tiene sentido enojarme, es por eso que apenas el auto se estaciona frente al edificio de mi hermano mayor, me bajo y ni siquiera me tomo la molestia de esperarlo cuando me subo al ascensor. – Hola hermanito – beso su mejilla y rápidamente lo rodeo para ir hacia dónde está mi preciosa princesita – Hola encanto, te ves hermosa – le sonrío a Elle, pero toda mi atención está en la bebé en sus brazos, que al verme suelta un balbuceo espectacular y estira sus manitas hacia mí. Me la como a besos. – Hola, emperatriz – Elle me pasa a la bebé y la abrazo un momento antes de empezar a mecerla. Podría jurar todo lo que me pertenece a que ella es la bebé más hermosa del mundo y estoy segura que no perdería nada. – Emperatriz, pensé que vendrías con Nikolai – ni siquiera levanto la mirada para ver a Dmitry cuando habla. – Lo dejé atrás, me hizo molestar – hago muecas hacia la nena y ella empieza a manosear mi rostro. Que manitas tan suaves, me encantan. – ¿Qué te hizo? – Se comportó como un imbécil. – ¿Puedes decirme que hizo? – ignoro la pregunta de mi hermano, y justo en ese momento escuchamos como llaman a la puerta. Gabrielle va a abrir y por ahí aparece Nikolai, besa la mejilla de encanto y viene directamente hacia mí. – Él está sonriendo ¿por qué? – pregunta Dmitry con una sonrisa come mierda que no puedo evitar repetir. Nikolai sigue hablando por teléfono y nosotros tres le damos toda nuestra atención sin vergüenza alguna. Si no quiere ser escuchado que se vaya a otro lado. – ¿Qué? – pregunta luego de colgar. – Estás perdido, ahora solo falta Katia – ruedo los ojos al escuchar lo que dice Dmitry. Sé que ahora no habrá manera de callarlos. – No me jodas – les doy la espalda. – Hace un momento estaba hablándome sobre un policía – Dmitry carcajea. Los podría golpear ahora mismo. Son unos inmaduros. – Jodido fastidioso. – Nunca creí que eras de las que les gusta esos tipos de clichés, emperatriz, de hecho, más que con un policía, te veía con algún capo, o algún político de alto rango, siempre apuntando a líderes – les doy una mala mirada e ignoro todas sus risas dando media vuelta y adentrándome en la habitación de la pequeña princesa. – Tu padre y tus tíos son unos jodidos bastardos, pero no te preocupes, todavía estamos encanto y yo para criarte como una buena niña, con modales y nada de actitudes de simios. Y para cerrar la promesa que acabo de hacerle, beso su frente. Ella es lo único que necesito parea sobrellevar el enojo que esos dos me causan. ------------------------------------------------------------------------------- – Que sí, pesado, seré amable, hablas como si fuese una jodida bruja – me quejo sonriéndole a Will, que me pasa mi café. Por suerte, hoy no está el policía, así que me apresuro a pagarlo por mi cuenta. No vaya a ser que se aparezca por arte de magia. Él se ríe cuando me recibe el dinero. Le guiño un ojo y sin más salgo directo a la oficina. – Porque te conozco es que estoy pidiéndote que seas amable – tranquilamente tomo un sorbo de mi bebida y me tomo mi tiempo para caminar hacia el edificio en donde trabajo. La ventaja de tener que entrevistar a la puta-novia de Nikolai, es que él amablemente me despejó todo el día para dedicárselo todo a ella. Todavía no la conozco, pero ya se ganó un par de puntos conmigo solo por poder manejar a mi hermano hasta ese nivel. – Bien, me iré, adiós. – Ekaterina, por favor… – y le cuelgo. Últimamente se siente como que cada vez que hablo con Nikolai es para recibir regaños de su parte, y sinceramente, me estoy hartando un poco. Apenas llego a mi oficina me siento un momento, respirando feliz al tener el día prácticamente libre, y un segundo después, el teléfono que conecta con recepción suena. – ¿Sí? – Señorita Bogdanova, llegó la señorita Reed – ah, puntual, otro punto. – Okey, que suba ya, por favor – finalmente cuelgo otra vez y disfruto mi café sin preocupación alguna. Nikolai es un hombre centrado, es alguien listo y con una mentalidad muy fuerte, confío ciegamente en que él no se ha dejado deslumbrar por una puta cualquiera que va detrás de su estatus, dinero o conexiones. Mi hermano es más listo que eso. Es por eso que no, no me siento irritada por saber que hay una mujer que lo tiene bailando en la palma de su mano. Escucho como llaman a la puerta, sacándome de mis pensamientos. Volteo en mi silla, mirando atentamente a la puerta. – Adelante – y veo como entra una rubia alta, esbelta y que no luce ni un poco como una puta vulgar, al contrario, también me parece que sus ojos brillan ante la vista de Seattle. Tengo un buen sentimiento sobre esto.
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