Capitulo 1

4013 Words
INFIDELIDAD, b**m, SEXO EXPLICITO, RELACIONES HOMBRE HOMBRE MUJER Y DIFERENCIA DE EDAD EXPLICITAS EN ESTA HISTORIA. *** Amelia En mi habitación hace un calor sofocante. Estoy sudada y soñando despierta con el fresco rocío de nuestra ducha y deseando estar debajo de ella ahora mismo. En lugar de eso, estoy montando a mi marido, Liam, en vaquera invertida y mirando a la pared de enfrente de la cama, preguntándome cuánto tiempo más va a tardar. Muevo las caderas más deprisa, con la esperanza de acelerarle el ritmo. Liam acaba de cumplir cuarenta y juro que cuanto más envejece, más tarda en correrse. Algunas mujeres lo considerarían una ventaja, pero yo echo de menos los días de sexo rápido. Viendo una película juntos, y él se volvía hacia mí, me apretaba contra los cojines del sofá y hacía lo que quería conmigo. Yo me divertía brevemente y terminábamos la película. Después, me lamía el coño y me volvía loca hasta que me corría. Tengo treinta años y llevamos juntos doce, casados diez, y él no me ha lamido nada por debajo de los pechos en los últimos tres o ya cuatro años años. Puede que yo haya olvidado cómo se siente el sexo oral, pero él no puede decir lo mismo. No lo exige abiertamente, pero sigue recibiendo sus mamadas de los sábados por la mañana porque las pocas veces que me las salté cuando no estaba enferma o fuera de la ciudad, hizo pucheros todo el día. A veces es más fácil pasar unos minutos de rodillas que malgastar un día entero con un hombre-niño malhumorado. Miro el reloj de pared y me invade una oleada de fastidio. Jesús, llevamos así media hora. ¿Podría correrse ya? Estoy aburrida de cabalgarlo y cansada de gemidos falsos. Su pene crea una agradable fricción dentro de mi; suficiente para mantenerme cachonda y desesperada por correrme, pero no lo bastante para acercarme al orgasmo. Es sólo una larga sesión al borde y estoy lista para acabar, de una forma u otra. Liam se detiene y me agarra de las caderas para impedir que me mueva. Suspira. —Amelia, no creo que pase esta noche. Estoy demasiado cansado. ¡Gracias Dios! De espaldas a él, no necesito moderar mi expresión y apuesto a que parezco bastante contenta de haber terminado. Intento tranquilizarle y demostrarle que no es para tanto. —Creo que hace demasiado calor en nuestro dormitorio. Eso probablemente no ayudó. Murmura mientras me bajo de él y me acurruco contra él un momento. Nuestros cuerpos pegajosos de sudor lo hace todo mas miserable, así que rápidamente me doy la vuelta a mi lado de la cama para tumbarme boca arriba y mirar al techo. Al cabo de un par de minutos, Liam ronca suavemente a mi lado, y mi v****a es un furioso zumbido de necesidad. Mierda, realmente necesitaba correrme esta noche. Liam viaja mucho por trabajo y acaba de volver ayer de un viaje de dos semanas. Su empresa le lleva en avión a distintos lugares para ayudar a instalar oficinas satélite o solucionar problemas de gestión. Normalmente sólo va una semana cada vez, pero tuvo algunas complicaciones y tuvo que quedarse una semana más. Necesitaba de verdad la conexión física de un orgasmo compartido con él esta noche, pero nuestra vida s****l es menos que estelar, así que en el fondo sabía que estaba pidiendo demasiado. Abro las piernas y busco mis pliegues ya resbaladizos. Dios, estoy tan mojada. Introduzco un dedo y gimo suavemente, pero interrumpo mi suspiro cuando Liam se agita mientras duerme. No estoy segura de poder relajarme sin correrme. Con cautela, me arrastro fuera de la cama y salgo de puntillas de la habitación, usando la suave linterna de mi móvil para asegurarme de no golpear nada al salir. Como Liam no lleva tanto tiempo dormido, sé que está en una fase ligera. Pero, de todos modos, tengo que ir al baño antes de dormirme, así que no es raro que me levante después del sexo, y podría usar esa excusa si él se despierta. Me escapo al baño, me apoyo en la encimera, abro las piernas y me masajeo el clítoris con tres dedos. Mis pequeños gemiditos resuenan en la pequeña habitación, pero las paredes son lo bastante gruesas entre el baño y el dormitorio principal como para que no me importe. Además, dormimos con una máquina de ruido blanco encendida, así que haría falta algo más que unos gemidos para molestarle. Me concentro en mi clítoris durante unos minutos y luego presiono con los dedos dentro de mi cueva babeante, alternando entre frotarme y follarme con los dedos en una nebulosa s****l. Necesito algo más de lo que estoy consiguiendo y mi mente se desvía hacia él, el tipo en el que intentaba evitar pensar esta noche mientras estaba con mi marido. Dejo de acariciarme y cojo el móvil, deslizando el dedo por la aplicación que utilizo para mis amigos cuando juego en línea con ellos. Pulso sobre la foto de un sexy hombre de pelo plateado llamado Henry y me quedo mirando el icono del mensaje de voz. Sabiendo que no debería hacerlo, pulso el buzón de voz y dejo que suene el mensaje en voz alta. La profunda voz de Henry me atrae mientras lo escucho. Amelia, Sé que has estado pensando en mí. Sé que mis palabras te han estado inquietando, haciendo que quieras oír más. Estás descubriendo que te gusta que te digan lo que tienes que hacer. Eso es porque eres una sumisa natural. Y una sumisa como tú necesita a alguien que le guíe, le enseñe, le muestre cómo obedecer. Ya sabes que tengo un efecto en ti. Mientras escuchas esto, sé que te estás retorciendo, quizás incluso deseando tocarte. Te estás preguntando cómo sería servirme. Así que voy a hacerte una oferta. Te daré lo que necesitas, aunque aún no sepas lo que es. Te enseñaré a servir, te enseñaré a ser obediente, te enseñaré a hacer lo que tu Amo te diga. Y a cambio, todo lo que pido es tu total entrega a mí. Así que si quieres que sea tu Dom, todo lo que tienes que hacer es responder. Y decir —Sí, señor—. Vuelvo a escuchar el mensaje. La tercera vez, me doy cuenta de que he estado frotándome la concha todo el tiempo y estoy a punto de correrme. Dejo que suene el audio una última vez mientras me meto los dedos y, cuando me dice que diga —Sí, señor—, me corro tan fuerte que mis piernas se convierten en gelatina y me deslizo por el suelo, jadeando. Las réplicas de placer me recorren el cuerpo y me miro en el espejo de cuerpo entero de la pared de enfrente. Desnuda y con las piernas obscenamente abiertas. Suspiro y dejo que el teléfono se me escape de las manos y caiga sobre el linóleo con un suave golpe. Que Liam estuviera en casa debería haber resuelto cualquier tentación de Henry. Sin embargo, aquí estoy, en el suelo de mi cuarto de baño después de un intenso orgasmo por escuchar su voz y su ofrecimiento. Lo mismo que he hecho cada día durante los últimos cinco días desde que dejó el mensaje. *** Liam La puerta de la habitación se cierra con un chasquido y me despierta de un sueño ligero. Ojalá Amelia no hubiera sido tan obvia al decir que quería sexo esta noche. Necesitamos charlar y que no fuera capaz de llegar al orgasmo no me tranquilizaba. Algo le pasa desde hace semanas y esperaba que estar fuera nos diera algo de tiempo para darnos cuenta de lo mucho que significamos el uno para el otro. Pero ayer, en cuanto llegué a casa, me di cuenta de que nada había cambiado y que las cosas podrían empeorar. Quizá cuando vuelva a la cama podamos hablar de verdad. Al darme cuenta de que tengo sed, me levanto y me dirijo a la cocina. Cuando paso por el baño, la puerta está cerrada y me detengo al oír gemidos. ¿Se está masturbando en el baño? Pongo la oreja contra la puerta, sintiéndome un poco como un pervertido mirón, pero con curiosidad por saber si realmente se está tocando. A través de la madera, oigo a un tipo que se ofrece a enseñarle a obedecer mientras ella gime. Me quedo estupefacto. Cuando termina la grabación y vuelve a ponerla, mi polla se pone en movimiento. El otro tipo utiliza su nombre al principio, así que este es un mensaje personalizado solo para ella. Vuelvo al dormitorio, cierro la puerta tras de mí y me tumbo en la cama, olvidándome del agua. Me acaricio con la imagen de Amelia jugueteando consigo misma en el baño ante un tipo cualquiera que se ofrece a dominarla. Nunca me dijo que quería eso, y no sé si yo podría hacerlo si me lo pidiera. Sólo necesito un minuto para frotarme el pene y apretarme los huevos antes de correrme súper fuerte al pensar en ella de rodillas ante otro tipo. Mierda. Limpio mi semen con algunos pañuelos de papel de una caja que hay en la mesilla de noche. Cuando Amelia vuelve al dormitorio, finjo que estoy durmiendo hasta que me duermo de verdad. *** Amelia Mi marido tiene un buen sueldo, así que yo sólo tengo que trabajar a tiempo parcial en una tienda de manualidades para alimentar mi adicción y comprar material con el descuento de empleada. Esto hace que mis días sean libres y aburridos. Tenemos una casa de tres plantas, y en la última hay un apartamentito para las visitas, con un estudio, una cocinita y un baño. Liam y yo nos planteamos ponerla en alquiler, ya que ninguno de nuestros familiares viene de visita, pero no necesitamos el dinero y nos da pereza buscar un inquilino que no nos destroce la casa. Limpiar la casa requiere bastante esfuerzo, pero aparte de eso tengo los días libres. Para pasar el tiempo, hace varios años empecé a jugar a un juego de fantasía en línea, y odio admitirlo, pero estoy obsesionada con él. Liam no sabe lo adicta que soy, ya que juego cuando él está en el trabajo. Me uní a un gremio que hacía incursiones, así que estaría haciendo incursiones durante el día, y el juego es un segundo trabajo para mí. Soy la encargada de reclutamiento de mi gremio y juego con una clériga elfa llamada Arwen. Estoy continuamente ayudando con los planes para el gremio y aclimatando a los nuevos miembros. Hace dos meses, un nigromante llamado Orlok se unió al gremio. Era un tipo tranquilo, pero no un pusilánime. Conocía bien el rol e interpretaba bien a su personaje, así que no tardó en llamar la atención por su estilo de juego entregado. Soy coqueta y me atraen los chicos callados y tímidos, así que bromeé un poco con Orlok. Respondió positivamente y forjamos una incipiente amistad. Rápidamente descubrí que no era tímido y que sólo era callado. Una vez que se abrió, flirteó tanto como yo, y nuestras interacciones me provocaron pequeñas emociones. Cuanto más hablábamos Orlok y yo, más inquieta me sentía. Algo en él me atraía como una polilla a la llama y cada mañana me despertaba pensando en él. Cada noche era mi último pensamiento antes de dormirme. Empezamos a enviarnos mensajes privados en una aplicación que el gremio utiliza para comunicarse fuera del juego. A veces nos pasábamos el día chateando, sin siquiera iniciar sesión en el juego. Finalmente nos sentimos lo suficientemente cómodos como para compartir nuestros nombres reales. Se llamaba Henry y, a partir de ese momento, pensé en él sobre todo con su nombre real y no como su personaje. Hace dos semanas, las cosas cambiaron. Nuestras conversaciones habían adquirido un tono más coqueto en la semana o dos anteriores a esa noche. Liam había salido a jugar a las cartas con unos amigos y admito que me sentía cachonda y estaba siendo más s****l de lo normal en mis mensajes. De vez en cuando, Henry llevaba el flirteo a un juego de rol en el que fingíamos que sólo hablaban nuestros personajes y nos sumergíamos en el momento. Pero esa noche lo llevó a un nivel completamente nuevo. Antes de que me diera cuenta, estábamos visitando las viviendas de los jugadores en el juego y Orlok estaba inclinando a Arwen sobre una mesa de una manera s****l. Yo participé de buena gana y le animé. Quería ver hasta dónde llegaba. Empujó hasta donde yo podía llegar, que era Arwen dándole todo lo que ella tenía para ofrecer. No soy una santa. Dos veces en mi matrimonio llevé el flirteo demasiado lejos y acabé enviando mensajes sexuales a otro jugador. Pero cada vez era algo puntual y el otro jugador siempre abandonaba el juego por motivos de salud mental después de que yo me negara a continuar con una aventura cibernética. El líder de mi gremio bromeaba diciendo que tenía que evitar enviar mensajes sexuales a los chicos nuevos porque los estaba ahuyentando. Eran sólo dos hombres, pero en cierto modo era cierto, y después de eso tuve cuidado en mi trato con la gente hasta que conocí a Henry. Él lo cambió todo. Henry sacudió mi mundo. Después de esa primera noche inclinada sobre una mesa, no podía dejar de pensar en él en todo el día, todos los días. Su sexting era diferente a todo lo que había experimentado. Él simplemente... tomaba el control, y yo no tenía que hacer nada más que sentarme allí y tocarme y escribir frases ocasionales sobre lo que estaba haciendo o cómo me sentía. Henry trabajaba de noche, así que teníamos todo el día juntos en el juego. Nos agrupábamos, explorábamos, hacíamos misiones y encontrábamos tiempo para enviarnos mensajes a diario. Tenía tantos orgasmos que no sentía la necesidad de tenerlos con mi marido. No es que Liam me pidiera sexo a menudo, pero incluso nuestro sexo semanal de fin de semana era rutinario y más aburrido de lo habitual. Quería que tomara el control y se convirtiera en una fiera conmigo, como lo era Henry con los mensajes, pero a Liam lo que le gusta es hacer el amor. Su suavidad me hizo desear aún más la rudeza de Henry. Durante este tiempo, nos sinceramos más sobre nuestras vidas reales. El día que me enteré de que Henry vivía en mi ciudad me dio un miedo tremendo. ¿Qué probabilidades había? Intenté ser cautelosa sobre dónde vivía exactamente. No necesito que un psicópata aparezca en mi puerta amenazando con hablar con mi marido. Henry era más abierto que yo, y me dijo que vivía a media hora de mí. La parte cuerda de mí sabía que este tipo de tentación viviendo tan cerca es una mala idea, pero es sólo en línea, ¿verdad? Hasta que recibí el mensaje de voz. *** Amelia ¿Qué voy a hacer con Henry? Estoy en el desayunador de la cocina mientras Liam hace la comida. Nuestro primer intento de sexo después de su viaje no fue bien, así que ¿qué significa esto para nuestro matrimonio? No ayuda que el orgasmo de escuchar el mensaje de voz de Henry me hiciera ver las estrellas, lo que pone de relieve la diferencia con mi marido. Después de escuchar el mensaje de voz por primera vez hace cinco días, le envié un mensaje a Henry y le dije que necesitaba unos días para considerar la oferta. Me contestó que me daría una semana y que no podía alargarlo eternamente. Tengo que decidirme hoy para poder darle mi respuesta mañana. Liam me trae huevos revueltos, tostadas y un pequeño bol de fresas y se sienta frente a mí. Me sonríe y los dos comemos sin decir palabra. Supongo que no quiere hablar de anoche, lo cual me parece bien. —Amelia, ¿tienes planes para tu día? Liam y yo solemos hacer nuestras cosas los sábados por la mañana después de hacerle su mamada semanal, y luego vemos una película juntos por la noche. Cuando Liam se levantó de la cama antes de que yo pudiera siquiera intentar la mamada, me di cuenta de que algo no iba bien con él. Es el tipo de hombre al que no puedes presionar para que te dé respuestas y al que tienes que dejar que venga a ti cuando quiere hablar de un tema, así que me tomo mi tiempo y espero. Trago mi bocado de huevo antes de responder. —No, la verdad es que no. Podría conectarme y jugar un poco. Como no responde, bebo un sorbo de agua antes de continuar. —¿Tienes planes? Esta es la conversación más interesante que tenemos los sábados en el desayuno. Comemos, vemos lo que hace el otro y cada uno sigue su camino. Liam raspa los últimos huevos con el tenedor, se los mete en la boca y habla con la boca llena. —No, probablemente sólo trabajo de jardinería. Sabe que odio que mastique mientras habla, pero se levanta para enjuagar su plato en el fregadero y no ve la mirada sucia que le lanzo. Al verlo en el mostrador, sé que he tomado una decisión. Antes de salir de la cocina, Liam se acerca, me besa en la frente y me dice que nos vemos luego. Sólo espero unos minutos antes de tirar el resto de los huevos a la basura, dejar el plato en el fregadero y correr hacia el ordenador. Me tiemblan las manos al teclear mi contraseña en la pantalla de inicio de sesión del juego, ansiosa por encontrar a Henry en línea. Espero que esté en el juego porque quiero dar mi respuesta mientras mi pequeña elfa está delante de él. Pulso enter y rezo. "Arwen entra en el mundo de su casa y respira aliviada cuando ve a Orlok en línea. No sabe qué parte del mundo está explorando, pero no importa. Puede saludarlo a distancia. Arwen tiene un saludo gracioso para Orlok, y le hizo reír la primera vez que lo utilizó, así que sigue saludándole de esa manera" Arwen: Hey, ¿qué pasa? "Arwen espera pacientemente, preguntándose cuánto tardará en contestar" No responde durante un minuto, y me froto las manos húmedas contra el forro polar del pijama mientras espero. ¿Estará lejos del ordenador? Normalmente me saluda con un —Buenos días, Arwen—, que me parece adorable cada vez que lo dice. Arwen por fin recibe un mensaje. Orlok: Hola, Amelia. ¿Tienes una respuesta para mí? Cuando escribe mi nombre real, siento un zumbido directo en la v****a y me mojo al instante. Llamarme Amelia es excitante. Sé cuál es mi respuesta, pero su saludo me desconcierta. Intento ganar tiempo para pensar. Arwen rebate: Uh, tengo un día más. "Y no recibe ninguna reacción" Cuanto más miro la pantalla esperando, más se moja mi coño. ¿Lo hace a propósito? ¿Sabe lo excitada que me pongo cuando me hace esperar? "Después de unos minutos, finalmente anuncia a Arwen" Vale, Amelia. Voy a cerrar la sesión. Cuando tengas una respuesta para mí, puedes encontrarme en la aplicación. No hablaré contigo hasta que lo hagas. "Arwen entra en pánico y rápidamente le envía un mensaje antes de que pueda irse" ¡ESPERA! "Orlok no le responde durante un buen minuto, y Arwen comprueba de nuevo su lista de amigos para verificar que sigue en el mundo. Está ahí, ¿por qué no habla con ella?" ¿Sí, Amelia? Estoy esperando. Tengo una respuesta. El temblor ha pasado de mis manos a todo mi cuerpo y mi clítoris palpita y exige atención. Con la esperanza de que si me froto el temblor se detenga, deslizo una mano por debajo de la cintura de mis pantalones de pijama y por debajo de mis bragas. Estoy muy mojada. Mis dedos se deslizan con facilidad entre mis pliegues sedosos y masajeo suavemente en círculos alrededor de mi botoncito mientras espero a que responda. Cuando no ha tecleado tras un par de minutos, cierro los ojos y me reclino en la silla de la oficina, abriendo más las piernas para poder follarme con los dedos con más facilidad. Todo lo que hace Henry me pone cachonda, así que no sé por qué me sorprende que su falta de respuesta me excite. Suspiro y arqueo las caderas mientras presiono los dedos hacia abajo. Mi mente se despeja de preocupaciones y pensamientos, y una calma se desliza sobre mí mientras mantengo los ojos cerrados y me pierdo en la sensación. Henry y yo hemos compartido varios selfies, incluidos desnudos, así que sé cómo es su polla. Imagino que mis dedos son su grueso m*****o y que está en mi despacho follándome en este mismo momento. La ensoñación es suficiente para que me corra y mi cuerpo se estremezca mientras gimo fuerte y me agito contra mi mano. Olas de éxtasis me recorren y mi coño se aprieta cuando el placer alcanza su punto máximo. No sé cuánto tiempo permanezco sentada con los dedos en el coño antes de sacarlos, limpiarlos en los pantalones y abrir los ojos. Estoy relajada, contenta y lista para enfrentarme a Henry. Y estoy literalmente frente a él. "Orlok está frente a Arwen en su casa y en algún momento le habló" Orlok: No me hagas esperar mucho más. Mierda, Mierda, Mierda, Mierda. ¿Cuánto tiempo lleva ahí? "Arwen se retuerce y suelta" Arwen: Mierda, lo siento. Ya he vuelto. Orlok no responde, una vez más, y Arwen se da cuenta de que probablemente no lo hará. Respira hondo, se sienta frente a él y habla. Sí, señor. *** Liam Mi mente es un torbellino de pensamientos y emociones cuando termino de desayunar con Amelia y salgo a trabajar en el jardín. Normalmente, el trabajo manual me despeja la cabeza, pero no dejo de preguntarme quién era el tipo del mensaje. ¿Dónde lo conoció? Tenía un amigo en la universidad que estaba metido en el b**m y me contaba historias, así que sabía lo que el tipo ofrecía. ¿Pero lo sabe? Esta es una faceta completamente nueva de Amelia. Ella no acaba de encontrar a este tipo ayer, y en base a lo fuerte que estaba gimiendo, ella quiere aceptar su oferta. No me entra en la cabeza lo que obviamente lleva ocurriendo desde hace tiempo. Se me hace una bola de espanto cuando me doy cuenta de que podría estar hablando con él ahora mismo. Quiero entrar corriendo y decirle que la amo y que deje de hablar con el otro, pero me acuerdo de lo que me dijo mi padre después de que mi primera novia me dejara por otro chico. Me dijo que no se puede obligar a nadie a quedarse contigo. Y aunque, sí, esto es cierto, ¿no debería luchar por Amelia? Me doy cuenta de que las cosas no han ido bien durante mucho tiempo, pero ¿cómo me perdí algo tan grande? Mis pensamientos continúan en círculos mientras deshierbo los parterres que había plantado porque a Amelia le encantan las flores. Mientras limpio los escombros que rodean mis símbolos de amor hacia ella, empiezo a cortar violentamente la tierra. Estoy tenso y el corazón me late con fuerza, pero no por el esfuerzo físico. La opresión de mi pecho no se calma y mi mente se acelera buscando respuestas. No debería ser el único que lucha por nuestro matrimonio. Ella decidió no hablarme, y ha tomado esa decisión durante Dios sabe cuánto tiempo. Cuando termino de escardar, estoy más enfadado que otra cosa. Mientras guardo las herramientas en el cobertizo y limpio, se me ocurre un plan. Mañana, cuando esté en el trabajo, husmearé en su ordenador y averiguaré quién es ese tipo. Los domingos suele ir un par de horas por la tarde, ya que la tienda de manualidades cierra pronto. No tendré que esperar mucho para obtener respuestas, suponiendo que no lo haya ocultado o borrado todo.
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