CAPÍTULO SEIS —¿Ester? —exclamó Oliver. La cogió por los hombros, empapándose de la visión de cada trocito de ella. No podía creer lo que estaba viendo. —Oliver —Se dibujó una sonrisa en la cara de Ester. Lo rodeó con sus brazos—. Te encontré. Su voz era muy dulce, como la miel. Era como una canción para su oído. Oliver la abrazó con fuerza. Era maravilloso envolverla con sus brazos. Pensaba que nunca la volvería a ver. Pero, inmediatamente, se apartó de ella, sobresaltado de repente. —¿Por qué estás aquí? Ester le lanzó una sonrisa pilla. —En la escuela hay una máquina del tiempo. Escondido dentro del árbol del Kapok. Vi que había una X pequeña grabada allí y, como en todas las entradas que solo pueden usar los profesores hay una X, imaginé que eso significaba que allí dentro habí