En la fiesta de aniversario del matrimonio Torres Muñoz, se encontraba Amalia sentada en la mesa del frente, y sonriendo a todos sus invitados, esperando que su esposo llegara.
Tras casi treinta minutos de tardanza, entra Martín Jirón, el asistente personal de Santiago Torres.
—Señorita Amalia, no cansada vengo en representación del señor Santiago, me ha pedido que le entregue estos documentos.
Todos los invitados quedaron viendo la escena, no era habitual que el propio anfitrión no estuviera en su propia celebración.
Amalia reviso los documentos.
[Acuerdo de Divorcio]
—¿Qué es esto? ¿Por qué no tiene el coraje para dar la cara?
Martín no respondió a sus preguntas.
—El señor Santiago está siendo muy generoso con usted, solo firme y las propiedades pasaran a su nombre.
Para Amalia esto era solo una burla. Pedirle el divorcio en medio de su aniversario.
—Dime, ¿es por esa mujer que lo llama todas las noches y por lo cual tiene que salir rápidamente?
—La señorita Rose requiere cuidados especiales, el señor Santiago solo quiere cuidarla, pero su divorcio no es por ella.
Los invitados empezaron a murmurar sobre que se trataba esos documentos, era la solicitud de divorcio que envió Santiago Torres. Todos sabían que era un hombre despiadado, pero nunca esperaron que fuera así con su esposa.
Amalia se acercó al organizador.
—Quiero que saques a toda esta gente de aquí inmediatamente.
—Como ordene.
Ella no sería el hazme reír de todos.
Amalia fue directo hasta el garage, tomo su Ferrari y fue hasta el apartamento de soltero de Santiago, y por alguna razón sospechaba qué ahí se encontraría.
La mente de Amalia estaba tan nublada que se percató qué se saltó un semaforo en rojo. Un camión qué venía en el carril contrario y tenía la luz del semaforo en verde, giro a la izquierda sin percatarse que un vehículo venia a toda velocidad. El auto de Amalia se estrella en este camión.