Ensayos, relajaciones. Más ensayos, muchas más relajaciones.
Así han transcurrido mis semanas, sin contar con la presión en la cual me he visto envuelta por parte de Aleskei en la rutina que es para mi presentación, más mi madre, queriendo saber ahora todo lo que hago y dejo de hacer.
«Más él»
Sobre todo, él. No es normal la necesidad que tiene ese hombre de mí, así como tampoco es normal la que yo tengo por él. Llego a casa sumamente agotada por mis ensayos, más las clases, me ducho, ceno encerrada y me duermo sabiendo que, en cualquier momento de la noche, él aparecerá en mi habitación despertándome con un leve toque, una sutil caricia en mi mejilla, o simplemente abrirme las piernas de la manera más brusca y besarme en medio de ellas, causando que me despierte con jadeos ahogados.
