11.- CISORIA.

2047 Words
Me encuentro caminando por las calles de Cisoria, fue un alivio haber salido de aquel bosque al que había entrado cuando me despedí de esas aves grisáceas, no imagino cual sea su nombre o si es alguno de los que leí del mapa que encontré en el castillo de Logan, nunca pensé que un bosque como ese fuera real, cuando de repente mire que comenzaban a romperse siendo añicos desde su interior y cayendo simplemente cada uno de los árboles, haciendo un ruido ensordecedor, eso me hizo no continuar entre esos árboles y decidí ir a pies ágilmente, pero me detuve a ver que contiene el interior de los árboles, al ver están huecos decidí solamente salir de ahí y estoy lista y decidida de llegar al bosque Culm, después de a ver escuchado la voz del señor Mortí y sobre todo lo que les había dicho a los chicos, siendo que debo llegar antes, aunque note enseguida el cambio de temperatura y clima, al ver que es invierno en Cisorias y me parece que este lugar es uno de clima frio. Me encuentro caminando, aun veo algunas casas, tiendas y sin olvidar que he visto que hay cavernas con una estructura antigua, es como decido entrar a una de ellas el cual se llama, “La Caverna de la Abuela”, aunque sería interesante saber el por qué tiene ese nombre, el interior es algo oscura no con mucha luz, una barra donde se ve que una señora y dos hombres atiende, me parece a tres hombres a los que toman un tipo de tazón de cerveza espumosa solo que me parece no amarilla, sino un color más oscuro, pareciendo un tono n***o, aunque la espuma es blanca. Decido sentarme en una de las sillas de madera que se encuentran en una de las mesas, no pienso pedir nada para beber, al ser que desde que tome ese gran trago del frasco que tome del estante de la biblioteca, me he sentido satisfecha, siendo que mi plan es solo sentarme y mirar el mapa que dibuje guiándome por el mapa colgado en la pared de la biblioteca. —Bonita. No sé quién dice eso y solo volteo a ver a la persona, es un muchacho muy joven y alto de cabello plateado, casi gris, con ojos azules como el mar, aunque no me parece un vampiro o quizás si solo que sea otra clase de vampiro solo sonrió y digo: —Hola. —¿Quieres beber algo? —pregunta el joven. —No gracias, trabajas aquí. —Si siento preguntar, pero esperas a alguien. En eso me acerco hasta la barra y decido decir: —No, solo quiero llegar al bosque Culm. El muchacho ríe. —Está bien bonita, mi horario está por terminar, te ayudare a llegar a Culm. —En serio, gracias. —No ¿Quieres nada? —pregunta el joven. —No gracias. —Porque tenemos chiltik (rojo), especialmente para nosotros los vampiros. Sé de qué bebida me habla el joven vampiro, es el mismo que contienen mis tubitos de sangre, solamente con un pequeño ingrediente añadido más y comienza a mencionar algunos otros nombres de bebidas. —Gracias, pero estoy bien, es mejor que te espere en el kiosko de piedra, te veo ahí. —Está bien bonita. Estaba por preguntar su nombre o decir el mío, pero solo me fui, ahora me sentía torpe de no a ver preguntar su nombre, entonces me dirigí rápido al kiosko de la plaza hecho de piedra, que se encontraba en Cisoria, al ver que es grande con unos pequeños escalones para subir, subo rápido todas las columnas y su reja que cubre todo el kiosko de madera, me acerco recargando mis manos sobre una de las partes de la reja del mismo kiosko, mirando toda la plaza de ese pequeño pueblito, mientras espero al muchacho de la caverna de la abuela, solo lo esperare por una hora y media, si no llega me iré. En este momento me pregunto cómo estarán Alexander y James, espero no los hayan descubierto en Esbraun de mi abuelo, decido sacar el mapa mientras tacho algunos nombres. —Vienes del bosque Moer. Alzo la vista sin voltear a verlo y solo mirar parte de la plaza, sonrió y lo siento a mi lado, volteo hacia un lado donde ambos nos miramos y es como pregunto: —¿Cómo te llamas? —Siento no a verme presentado, mi nombre es Agustín, pero mis amigos me dicen Primavo. —Un gusto Agustín mi nombre es Coraline. —Coraline. —Si. —Eres la hibrida hija de Edmund Mortifero, y sobrina de Augusto y la aprendiz del señor Boris Watson. —Así es, como lo sabes. —Un heredero sabe todo. —Me estás diciendo que eres un heredero señor Primavo. —Así es. —Entonces que haces en un pueblo como Cisoria. —Escape de mi castillo. —¿Porque? —No quiero convertirme en un rey. —En un rey, de ¿Que nación o lugar? —De mi propio hogar, quiero poder elegir. —Pero ser un heredero es importante, no lo crees, es donde eligieras y mantendrás tu reinado protegiéndolo y manteniendo tus propias reglas. —Sé que existen reinos como eso, pero noto que nunca has visitado Walker, ahí las cosas son diferentes, aceptar ser un rey es más que proteger y mantener las reglas que nunca cambian y que deben continuar, sin dejar que lo nuevos avances se inmiscuyan en la vida que hemos adaptado, como vampiros Ésula Walker. —Un reino anticuado. —Siento decir que si, aunque nuestra naturaleza nos dice que debemos evolucionar. —Y se niegan hacerlo. —Sí, pero, por ejemplo, en los reinos vecinos de Verma, Goem y Gocha es diferente, sus leyes como sus reglas respetan las tendencias de los diferentes años que van pasando. —Y Walker no. —Así es Coraline, por eso si pueblos como Cisoria supieran que fueran un heredero de Walker, estaría en peligro, es por eso que es mejor hacerme llamar Primavo, nadie se daría cuenta de quién soy en verdad. —Tu secreto está seguro conmigo joven Primavo, aunque nunca he leído nada de tu hogar Walker, menos que su tipo vampiro que llamas Ésula y porque mantenerte viviendo llamándote por otra clase de nombre. —La reputación de mi familia no es tan buena, no sé si sabes sobre el ocaso que sucedió con las vampiras devoras y las damas advere sorbí. —Si claro, en una de mis materias de la academia del señor Jones investigue y hable de ellas en una de mis tareas y ahora que recuerdo, creo que mencione a tu padre quien acogió a varios vampiros huérfanos, como también cachorros lobos. —Si es verdad, pero aun con eso, nos culparon haciendo creer que nosotros los infectamos, envenenando la sangre de una de ellas, haciendo que su apetito se acrecentara horriblemente. —Y sabes ¿Cuál es la verdad? —pregunte. —No, en verdad nadie lo sabe, solo lo que los libros dicen. —Si, según lo que leí lo provoco alguna plata que consumieron ellas hizo un efecto malo en ella, ahora entiendo la causa que los acusan a ustedes. —Claro fuimos los chivos expiatorios, nunca sabremos la realidad de cómo fue que se infectaron ellas. —Algo que está muy lejos de saberse. Ambos ya nos habíamos ido del kiosko de la plaza, mientras yo seguía a Agustín que me parece que me lleva a encontrarme hasta el bosque Culm. —Siento cambiar de tema, pero me dijiste hace unos momentos que venia del bosque ¿Qué? —El bosque Moer. —Ese es su nombre. —Así es, espero no haya sido agitado a ver pasado por Moer. —Siento decir que nunca había visto árboles que tuvieran grietas y menos que se rompieran y destrozaran en un instante, viendo que sus interiores son huecos. —Ese es su seño del bosque Moer, las grietas y romperse y crecer cuando se siente el movimiento en el bosque. —Entonces el bosque su naturaleza es solitaria, y si alguien interrumpe esa soledad del bosque atacan de esa forma a los individuos, al ser que es el paso para llegar a este pueblo. —Así es Coraline, por ejemplo, Cisoria está protegido por bosque, podría decir sus nombres, pero seré breve Culm, es uno de ellos como también Ignota. —También Moer. —Claro, pero ¿Porque quieres ir por Culm exactamente? Coraline. Le mostré el mapa que había hecho a lápiz. —Entiendo, quieres llegar a Kisla ¿Por qué? —La profecía siete. —Sobre una profecía siete, bueno y veo que debes después Trum y enseguida Plean y Carago para llegar a Kisla, Puedo decir que es la misma ruta para llegar a mi hogar como a los reinos vecinos de Verma, Goem y Gocha, pero tu solo quieres llegar hasta la torre de Kisla. —Es cierto, aun esta una torre. —Claro Coraline y nadie se atreve a entrar a su interior, al ser que se cree sagrada. No digo nada a eso, solo muevo la cabeza entendiendo al ser que ya estábamos por llegar al bosque Culm, que él me dice que es un bosque muy tranquilo, aunque si algo oscuros, no como Moer. —Está bien. —Y te gusta saber sobre profecías. —Si Agustín, aparte de que me gustan los libros y leer historias de otras cosas como las que hablan de profecía, como el libro que es el volumen dos de leyendas, mitos y algo más de nuestro mundo, he descubierto mucho en ambos volúmenes. —En serio. —Sí y como sabes sobre la profecía de la torre Kisla. —Desde que eres un heredero, debes saber gran parte de diferentes tipos de información vampírica, una de ellas las profecías que se crearon desde un principio, al ser cada una de ellas cumplidas y debes entender, que ya después las profecías solo se convirtieron en leyendas para los habitantes vampíricos, al ser que dejaron de creer en ellas porque existen varias que no se han cumplido, en si algo que pienso, alguien o algo nos castiga arrebatándonos esas hermosas profecías que esperan ser cumplidas por los elegidos, y espero tú seas la elegida de la profecía las siete lunas y que en la misma profecía, está plasmada un perfecto dibujo de la llave que tras puesta de collar. —En serio, la profecía se hace llamar las siete lunas. —Sí, pero alguien sabe dónde estás Coraline. —Eso creo Agustín, pero nada evitara que use mi llave. Es cuando le enseño la llave que cuelga de mi cadena, y el la observa detenidamente. —Debes entender, que lo que esto abra harás que muchas cosas sean liberadas. —Lo imagino, pero acepto las consecuencias, si las hay. —Es muy bueno que lo pienses así. En ese momento sin darme cuenta, cuanto habíamos caminado nos encontrábamos ya en un bosque, no era tan oscuro, mire las ramas secas y los árboles frondosos del mismo bosque al que estábamos caminando aun y aunque algo frondosos, se veía no sé si era porque es su forma de protegerse, al mostrarse algo secos. —A ¿Dónde vamos? —pregunto. —Al centro del bosque Culm, así será fácil que lleguen al panteón de Trun en donde deberás tener tus sentidos atentos por cualquier sorpresa imprevista, ese cementerio en ocasiones es confuso, aunque tranquilo, te daría algunos amuletos, pero no llevo ninguno conmigo, eso te ayudaría a trasladarte de un tronco a otro. —Sé de qué hablas, no te preocupes. —Entonces te has encontrado con ellas. —Sí, Edmund los usa demasiado. En eso se da cuenta Agustín, que Coraline no solo lleva la llave de la profecía puesta con collar, también trae otro collar de cual cuelga una llave que está atrapada en un cuatro que asimila agua impregnada en toda ella. —Ese es un amuleto. —dice el al señalar a que se refiere. —No lo sé. —respondo. —Es complicado su uso, pero te explicare. Ambos hablamos sobre mi collar, donde me explico cómo usarla.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD