UN PLACER CONOCERLA ESMERALDA

2835 Words
NARRA ESMERALDA —¿Que intentas decirme con eso Ezequiel? — pregunté sorprendida ante lo que él me acaba de decir. —Que lo nuestro sería algo abominable. Mi madre y tu madre son familia directa o indirectamente. Nuestra relación no puede siquiera ser mencionada con nadie. Solamente entre nuestros padres. — me quedé viéndolo. Me dolió ver el repudio en sus ojos ante la mención de esas palabras. Como si el amor que una vez dijo sentir por mí se hubiera vuelto nada para él. —Está bien, Ezequiel. Fue un placer conocerte. — le dije extendiendo mi mano sorprendiéndolo. Él la iba a tomar, pero yo la retiré. —No, de hecho, ni este último tacto es correcto. Ten buen día, Ezequiel. — le dije y me retiré del restaurante donde me había citado para hablar conmigo. Fui directo a las instalaciones de las águilas. Quería golpear algo, quería vaciar la pistola a algo, sin importarme nada. Bajé mi maleta de la parte trasera del auto y entré directamente al vestidor para cambiar mi ropa. Me hice una coleta alta y caminé hasta el gimnasio dispuesta a infligir dolor físico a mi o alguien más hasta que se me acabara el dolor emocional. —Petirrojo ¿Todo bien contigo? — me pregunta Peter mi escolta asignado. El cual es más mi amigo que mi escolta y que estoy moliendo a golpes en este momento con mis guantes de boxeo. —No, nada está bien conmigo. No quiero hablar sobre eso, ahora, golpea. Deja de estar solo aguantando golpes. — le dije invitándolo a golpear. —¿Y luego quedar sin cabeza por haberte golpeado o que te pongas mal por mi culpa? No. Soy tu saco de boxeo humano, ahora desahógate, pero después tienes que contarme todo lo que está pasando en esa cabecita y en ese corazón. Porque estoy seguro de que algo tiene que ver con tu corazón y no físicamente. — culmina Peter. —Me conoces tanto que no puedo omitir nada. Lo haré, pero déjame sacar la rabia que tengo encima primero. — le dije dándole un golpe que lo tomó por sorpresa. Si, esta soy yo, Esmeralda Galeano. Edad 28 años, estatura 165.1 cm, cabello castaño, ojos verdes. Soy una inactiva agente especial bajo el sobrenombre de Petirrojo. No le tengo miedo al peligro a pesar de que mi corazón tiene un defecto de fábrica. Padezco de cardiopatía congénita y estoy destinada a tomar medicamentos de por vida. Mantener una vida saludable y evitar emociones fuertes. Irónicamente mis padres creyeron que entrar a entrenar como agente especial eso me haría perder el miedo o temor a ciertas situaciones a las que mi familia ha experimentado en el pasado con personas queriendo dañar a nuestra familia. Principalmente mis hermanos que son los que tienen más cola que les pise en su pasado. —Ya, te agradezco. — le dije muy cansada a Peter. Dejándome caer en el suelo a descansar un poco y que mi respiración se normalice. —Si que tenías mucho dolor acumulado. No podré mover mis manos mañana. Estoy seguro de que dejarás moretones en mis brazos, golpeaste muy duro. — menciona llevando una mano hacia su brazos para masajear. —Tus músculos son de acero y no te preocupes, yo le dije a Lucas. Si no querrá romperle la cara a quien te golpeó y dejó marcado. — le digo yo para molestarlo. Lucas es su esposo desde hace 2 años. Ambos son miembros de la agencia y se conocieron cuando les tocó una misión juntos. Mi madre siempre ha sido bien inclusiva. Nunca les cierra la puerta por su preferencias s3xuales. —De igual manera querrá hacerlo, pero él sabe que por petirrojo damos la vida. — dice parándose derecho con sus manos hacia atrás. Me pongo de pie, me quito uno de mis guantes y acaricio su mejilla. —Petirrojo, tus manos lejos de mi hombre. — dice Lucas viniendo a nosotros. Rodé los ojos, y le di un beso en la mejilla a Peter. —Déjala amor, sabes que cuando se pone tan infantil es porque un zancudo la pico donde no se puede rascar. — haciéndome estallar en una carcajada, los amo. —Bueno, está niña se va a trabajar. Tiene una empresa de textiles que dirige. — digo tomando mi botella de agua y mi toalla. —No te vayas a ir sin mí. Recuerda el problema que me metiste con tu madre, ¡Ay! — Se queja cuando Lucas le toca el brazo y este último vuelve a verme desafiante. —Sabes que hay sacos de boxeo de todo tipo para que descargues en ellos ¿Verdad? No sé porque te encantan los que son de carne y hueso. — me regaña, es la verdad así que solo me queda encoger mis hombros ante eso. Salimos de la agencia y nos dirigimos hasta el edificio Vallejo, era en este mismo edificio donde se manejaban los diferentes negocios de mi familia. Yo había tomado el mando de la empresa de textiles de mi padre y también la presidencia de la casa de modas. Mi hermana Patricia decidió dejarme ese puesto pues ella está más interesada en disfrutar de su vejez con Roger su esposo. Aitana estaba más que feliz de trabajar conmigo, pero ella es otra alma libre, la cual no quiere estar detrás de un escritorio todo el tiempo. Así que toda la responsabilidad cae encima de la más pequeña de la familia. —Señorita Esmeralda, una señora vino a visitarla. Se llama Lía Kawas. — me dice Andrea mi secretaria. Suspiro pesadamente lo menos que quiero es hablar de mi situación con Ezequiel, pero tal parece que tengo que hacerle frente a la situación. —Dile que pase Andrea, Gracias. — Deje lo que estaba haciendo en mi computador para ponerme de pie y recibirla. La puerta se abrió y era Lía la mamá de Ezequiel. —Hola Esme, que hermosa como siempre. — me saluda muy amablemente de beso y abrazo. —Muchas gracias, igualmente. Parece que, en su generación, son ustedes los que pasan por los años, no los años por ustedes. Me imagino que está aquí por la situación con su hijo. — le dije directamente a la yugular, nunca he sido una mujer que se va por indirectas. —Si Esmeralda, la verdad es que me quiero disculpar contigo. Posiblemente si yo hubiera hablado con él antes, nada de esto hubiera pasado. Yo no creí necesario revelar ese secreto de mi madre, pues la verdad es que estoy bien con la vida que tengo. No deseo nada de lo que fue de Rene. Vengo porque si mi hijo está afectado, no me imagino como debes de sentirte tú. — me dice y no puedo negar que si me ilusione con Ezequiel es un chico muy guapo, pero sabía en lo que me estaba metiendo al momento de ver la diferencia de edad entre nosotros. 7 años son muchos y aunque si me siento dolida por su actitud por ver una relación entre nosotros como una abominación solo porque hay un ligero grado parental, me llena de mucho coraje. No lo juzgo, yo si hubiera sido tan inmadura o estado de esa edad tal vez lo hubiera visto de esa manera, pero no. Tal vez esto debió pasar posiblemente, aunque lo quería no era lo suficiente como para un para siempre. —No le puedo negar que me siento un poco deprimida, por la manera en cómo todo esto se ha dado. Mas no culpo a nadie, eso fue hace muchos años. Ezequiel sí me ha dado mucho que desear porque hace solo unos días era el hombre más detallista, dulce y atento. Hoy me mostró algo muy diferente, pude ver hasta asco en sus expresiones. Más que sentirme triste, me siento decepcionada por su actitud. Por mi no se preocupe señora Lía, estoy bien. No guardo rencores pues lo que empezó con su hijo fue algo breve de un poco más de dos meses. Así que para que se sienta más tranquila, nos enteramos a tiempo, antes de que algo más fuerte o serio pasara. Espero que el pueda encontrar a una mujer que lo quiera y lo cuide mucho. Desde el fondo de mi corazón se lo digo. Nuestra relación simple y sencillamente no salió bien, no seremos ni los primeros ni los últimos en pasar por eso. — concluyó con una sonrisa. —Vaya sí que tus padres te educaron muy bien. Eres muy madura, me gusta como piensas. — dice ella con una ligera sonrisa. —De algo tuvo que servir crecer rodeada de adultos, también pues por mi condición prefiero tener una perspectiva más real de la vida. La realidad es algo que no todos deseamos vivir. No soy fantasiosa, si anhelo y deseo encontrar la felicidad, el amor y todo lo que mis padres tienen a su edad. Mas tengo los pies puestos sobre la tierra se que no todo es de color rosa, hay momentos grises, blancos, negros y rojos. Sería una tonta si me dejo caer por cada obstáculo que la vida me lance. Afortunadamente no soy así, aunque tenga cara y cuerpo de mujer frágil no lo soy. — le dije y hablamos un poco más sobre lo que ha pasado. Les resumo, es que hace un poco más de una semana y unos días después de la ceremonia que se le realizó a mi abuelo Javier por cumplir 10 años de fallecido se reveló un secreto. La señora Lía es hija de mi bisabuelo Rene Vallejo, padre de mi abuelo Javier. Lo que vuelve a la señora Lía, tía de mi madre. Se hicieron pruebas de ADN para confirmar esto y todo arrojó que efectivamente era la verdad. Ezequiel dijo irse de viaje por unos días y apareció hasta el día de hoy para decirme que lo nuestro no puede ser. No lo culpo a mí tampoco me agradaba la idea, pero hay miles de maneras de haberlo hecho, no de esa manera tan desagradable. Es normal, los hombres siempre hacen estupideces, lanzan la mierda y luego esconden la mano, pero igual les apesta después de unos días. Quieren venir a limpiar y pues ya no es lo mismo. DOS AÑOS Y 8 MESES DESPUÉS —Si señorita Esme, no podría mentirle con algo como esto. Toda la carga se perdió, habían descargado 4 de los contenedores con las nuevas telas y todo se quemó. — me dice Felipe el encargado de bodega. —Felipe, pero es que eso no puede ser. ¿Cómo fue ese incendio? Es una pérdida enorme para nosotros. Tenemos contratos y compromisos que cumplir con nuestros clientes. Necesito un informe completo de cómo y qué pasó ayer por la noche. Necesito los videos de las cámaras también. — llamo a Andrea por mi intercomunicador para que llame a finanzas. Hoy fue una mañana horrible pues me levanté con la novedad de un pequeño incidente en nuestra bodega de distribución. No le he informado a mi padre, lo haré hasta que no sepa qué fue lo que pasó. —¿Me mandó a llamar señorita? — asentí cuando vi a Elías de finanzas entrar por la puerta. —¿Podemos costear los contratos y sanciones por incumplimiento? — fue mi primera pregunta. —No lo creo señorita, perdimos casi el 80 por ciento del producto que estaba dentro de esa bodega. — apreté mis puños. Estaba frustrada porque eso significaba muchos problemas. —¿Qué opciones tenemos? — le pregunte y este miro al suelo dudoso. —Podría buscar un socio que la ayude a absorber la demanda hasta volver a restaurar la normalidad en la compañía. Podría ofrecerle un 30 por ciento de ganancias una vez que todo trabaje como debe. — me dice y yo me rio sarcásticamente. —¿Quién querrá invertir en nuestra empresa con semejante desastre a cuestas? — digo dejándome caer en la silla, haciendo un par de respiraciones. —En los últimos meses hemos recibido varias propuestas señoritas. si quiere puede llamar para saber si aún siguen interesados. Exponer la situación para saber a lo que se tienen que atener. — me dice más animado y al ver su positivismo me alentó a mí también. —Está bien, hazlo. Quien te acepte agenda una cita con él con urgencia. Podemos rescatar algunos clientes si actuamos y hacemos de nuevo los pedidos. Para que sean entregados a tiempo. Confió en ti Elías, no me falles. — le dije y salió casi corriendo de la oficina. Tomé mi teléfono y llamé a mi padre para decirle sobre lo que está pasando. —Princesa, podemos usar nuestros fondos de emergencia para absorber esos gastos. — menciona el calmado. Ante la situación. —Si mi príncipe, pero sería dejar completamente descapitalizada la empresa. Eso no nos conviene. Elías me mencionó la opción de un socio. ¿Qué opinas al respecto? — le dije y él guardó silencio. —Opino que tengo a la mejor persona frente a ese negocio y se que no lo dejaras caer princesita. Haz lo que tu creas necesario para que la empresa salga de esa situación. Investiga bien si el incendio fue accidental o provocado. Confió en ti, cariño. Toma tu medicamento, no quiero que esta situación te vaya a causar una crisis. Te amo cariño. — sin más colgó la llamada. Unos leves toques en la puerta me sacaron del aturdimiento. —Señorita, tengo a un posible socio para la compañía. Su nombre es Máximo Fiore, es dueño de una cadena de tiendas de alta costura en Italia y sigue interesado, le platiqué la situación y acepta un 30 por ciento. Claro esto es solo algo hablado conmigo, la palabra suya y los papeles son lo más importante. — me dice y una alegría me embargo. —Perfecto Elias, ¿Agendaste una cita con él? — pregunte ansiosa. —Si señorita, él la espera mañana en el campo de tiro de la alameda —alzo mi ceja. —¿En un campo de tiro? —le pregunté algo ansiosa ante la mención de un campo de tirada para hablar de negocios. —Está bien envíame la dirección, aprovecharé para demostrarle que tan buena tiradora puede ser su nueva socio. Elías sonríe ante mi comentario y luego se retira. Al llegar a mi casa le mostré a mi padre los videos donde se ve que todo inició como un cortocircuito, fue completamente accidental. Le comenté que me vería con mi socio al día siguiente y me dijo que se sentía muy orgulloso de mi labor. Esas palabras son como un impulso para mí. —Los dos estamos muy orgullosos de ti mi pequeña Esme. Ve a descansar, me imagino que fue un día muy pesado para ti. — me dice mi madre y yo asentí. Después de darles un beso a cada uno, me fui a mi habitación. Es gracioso pensar que una mujer de 30 años viva con sus padres, pero es que a mis viejos no los pienso dejar solos. Su edad es muy avanzada y puede pasarles cualquier cosa durante la noche y no deseo que estén solos. La mañana siguiente llego y me alisté para la ocasión. No se puede ir de vestido o falda a un campo de tiro. Unos jeans ajustados, un top color n***o y una chamarra de cuero hacen la vibra perfecta de chica mala que me gusta para estas cosas. Era una experta en tiro, a pesar de que nunca fui a misiones especiales por mi trabajo, me gusta estar en movimiento y en entrenamiento como tal. —No me gusta este lugar para hablar de negocios. No me pidas que te deje sola con quien sea que te vas a ver porque no lo haré. —me dice Peter y yo no le contesté o contradije. A mí tampoco no me gusta, siento una sensación muy extraña en la boca del estómago ante este encuentro. Entramos y en ese momento un hombre alto, pelo canoso y un poco de barba crecida. Con una camiseta ceñida a su dorso dejando ver sus músculos bien trabajados apuntando hacia el blanco y dejando escapar 3 tiros certeros en el pecho. Él pone el arma hacia abajo para cargarla y me acerco hasta él. —¿Señor Máximo? —pregunté y él volvió a verme. Esa conexión entre el azul de sus ojos sobre mí hizo que la sensación en mi estómago aumentara. Mis piernas temblaban como gelatina, sin mencionar el escalofrío que recorrió todo mi cuerpo al escuchar su voz. —Solo Máximo, es un placer conocerla Esmeralda. ------------------------------------- Bienvenidos a Mafioso de mi Corazón... Esta novela se actualizará día de por medio. Así que nos leeremos por aquí hasta el Lunes. Feliz Día del Libro 23/Abril/2023 --------------------------------------------- Copyright © 2023 Valery Archaga Todos los derechos reservados. Obra protegida por Safe Creative bajo el número 2304194085811
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