Día 3

1235 Words
La cifra que me dieron a conocer los abogados del señor Sine, (como se que es el apellido de la persona que me esta contratando para ser la madre de su hijo), es más que suficiente para lo que mi papá necesita en estos momentos. Una de las cosas que debo hacer es irme a vivir a la casa del señor contratante, esa fue una clausula especifica de él, pues desea estar involucrado en el proceso desde el inicio hasta su culminación o sea el parto, asumo que la esposa de él también está de acuerdo en eso, aunque a mi no me parece nada bonito que una pareja de extraños vea a mi niña. Me dieron la mitad del dinero acordado, lo restante me lo darían cuando dé a luz, algo que me parece correcto, pues de un trabajo se trata es la forma adecuada de llevar las cosas, por otra parte, tendría que estar en dos días en una reunión con él, para que nos den las indicaciones juntos, en la clínica, con el medico a cargo del caso. Lo bueno de todo es que nada de lo que tenga que ver con gastos médicos o de manutención saldrían de mi bolsillo, pues de ser el caso no sabría como hacer, pues soy una mujer sin recursos, pero para mi buena suerte no es así, inclusive si me llegara a pasar algo en el parto, me compensarían con el triple de la cantidad, sé por conversaciones que he escuchado y libros leídos que nada es sencillo, solo espero que no me pase nada, durante el embarazo ni en su culminación. Algo que, si me dejo un poco intranquila, es que después del parto no vería al bebe, por ningún motivo, bajo ningún concepto, el único vínculo que tendría con el es mientras lo cargue en mi vientre, eso de verdad que me dejo pensando seriamente en que tipo de persona me convertiré. […] En unas horas tendría que dejar a mi familia por el lapso de un año y medio, ya me habían hecho todo lo correspondiente que la clínica solicitó, y estaba en perfecto estado, si podría ser madre subrogada. Mi papá no sabía porque me iba tan pronto del país, solo le dije que había encontrado un buen empleo y que con ese dinero que ganaría los podría ayudar, además de costear la operación que nos dijeron que debía realizarse él. -Vero, hija mía, aunque no esté de acuerdo en lo que vas a hacer, mi deber como madre es apoyarte, desearte lo mejor del mundo, mi niña – dijo mi mamá al borde de las lágrimas. -Gracias Má, sabes que siempre estaré en comunicación con ustedes, y cada cosa te diré, tengo fe en que todo saldrá bien, que podré regresar con ustedes después del tiempo que debo estar allá – contesté. Prefería que mis padres no me acompañaran al aeropuerto, pues era el lugar donde debía de ver a la persona encargada de llevarme con el señor Sine, pues él había sido muy especifico en que yo viajara en el jet privado de él. Las despedidas son lo más fuerte en la vida, pues no se sabe a ciencia cierta qué sucederá con el paso de los días, o después de un instante, como siempre dice mi mamá “el suceso imprevisto, le puede llegar a cualquiera”, así que. aunque tengo una mezcla de sentimientos en este momento, salí de mi casa con rumbo a lo que ahora se convertirá en mi hogar por 18 meses. Algo que siempre me gustó a pesar de no tener los medios para especializarme, fue aprender idiomas, y ahora veo que el haber hecho eso por mis propios medios me ayudaría en esta travesía, pues al lugar a donde iba se hablaba mayormente ese idioma. La persona encargada de llevarme, me estaba esperando en el lugar acordado, llegue a él y me presenté, era un hombre hermoso también, pero no mi tipo, me dijo que era parte de bufete de abogados del señor Sine, que sería mi interprete si lo necesitaba, además de ser mi compañero de viaje, que sería quien me ayudara en los tramites aduaneros, aunque era mi primera vez viajando, no estaba del todo o mejor dicho no estaba excesivamente nerviosa. Explique de la manera más cordial, que yo si hablaba el idioma, pues me las había ingeniado para aprenderlo, y me esforzaba por siempre practicarlo para que no se me olvide, así que se podía explayar en la conversación en el idioma que se le hiciera más cómodo. Ian como me dijo que se llamaba, es un hombre como ya mencioné, guapo por toda la extensión de la palabra, es alto de aproximadamente 1,80 o 1,90, no sé con exactitud, pero se ve grande, su cara es muy hermosa, sus ojos color miel resultan atrapantes, además de que se ve que cuida su físico, pues sus piernas en el pantalón que carga se aprecian bien formadas, y ni que decir de su trasero, pues esta como alguna vez escuche por ahí, “para apretujarlo”, en resumen está como quiere el condenado, pero como el mismo me conversó, está de novio con un chico alemán, pues ya decía yo que todo en la vida no podía ser como uno desea, y los hombres buenos tienen otras preferencias, y no es que sea malo, pues cada quien es libre de escoger, pero bueno ya que, solo espero que no me lleve la misma sorpresa con el que a partir de hoy será prácticamente mi jefe. En nuestra conversación, que de paso fue muy amena, el me pidió que lo tutee, y por ende yo le pedí lo mismo, pues no era justo que yo esté siendo tratada de manera muy formal, mientras que a mi eso no se me daba. Al llegar a nuestro destino, después de un viaje que para muchos podría ser largo, no así para mí pues se me hizo de lo más relax, pues venía conversando y riéndome de las ocurrencias, aventuras y otras cosas que me contaba Ian. Ya nos esperaban los vehículos que nos llevarían a la casa donde desde hoy y por algunos meses sería mi hogar, la mansión Sine. Después de salir de todos los tramites de la aduana, nos fuimos a el carro que nos esperaba, como a mi se me daba perfecto el socializar, bueno no con todas las personas, pero al menos con Ian me salía natural, le pregunte sobre mi ahora jefe. Quería saber como era, Ian me dijo que, a parte de ser un hombre muy bien parecido, era amable, trabajador, y que, aunque manejaba un carácter un poco difícil, no era una mala persona, que él lo conocía de toda la vida, pues sus padres trabajaban desde siempre con los Sine, inclusive fueron compañeros de colegio, pues le dieron la oportunidad de estudiar, pues no consideraban a Ian ni a sus padres como empleados, sino más bien como familia. También me atreví a preguntar por la esposa de mi ahora jefe, lo que desprendió una carcajada de Ian, pues el pensaba que yo sabía que Jhon era soltero, yo le aclare que no tenía conocimiento de eso, por eso peque de imprudente y pregunté, el me dijo que no me preocupara, que estuviera tranquila, las personas en la mansión eran buenas y amables.                
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