(18+) Verónica No sé en que momento entro a la habitación, pero su mirada era muy intensa, estaba pegada en mi como si de una pegatina se tratara, yo me había dado una ducha y me coloque la lencería y el camisón que me había dejado encima de la cama. Su sonrisa estaba lena de lujuria y por dos ocasiones lo vi relamerse el labio inferior, se acercó a mi como cual león se acerca a su presa, me tomo de la cintura y me dijo que estaba muy hermosa, luego mordió el lóbulo de mi oreja, haciendo que mi cuerpo temblara ante semejante tensión. Beso mi cuello, y dejo pequeñas mordidas en él, haciendo que mis pezones empezaran a endurecerse, inmediatamente se dio cuenta de eso y empezó a sobarlos encima de mi ropa, ya para ese momento sentía mis piernas como gelatina. Al bajar mi mirada, pude nota