✔5. El momento de la verdad:
Tras el accidente de la mañana anterior, Enrico prefirió quedarse en casa.
Todo era raro. Empezando por el cambio que le había hecho su madre a su armario, cambiando su forma de vestir, su estilo.
El padre que hasta el momento no había dicho una sola palabra sobre el accidente.
Enrico fue a la cocina a buscar un vaso de agua, luego a la piscina. Se acostó en un camastro, observando la hermosa noche, con el cielo estrellado y la hermosa luna llena.
Estaba vagando en sus pensamientos cuando su madre lo llamó.
_ Enrico mi hijo saldra esta noche?
_ Hoy no mamá, después de los últimos hechos prefiero quedarme en casa esta noche.
_ No está mal, así será más fácil.
_ ¿Más fácil para qué?
Quería saber.
Observó a su madre de cerca.
_ Su padre lo espera en la oficina, quiere hablar y aclarar algunas cosas.
En ese momento comprendió que había algo más por no haberlo reprendido por el accidente. El castigo vendría ahora.
Se dirigió hacia la oficina, acompañado de su madre.
_ Siéntate.
Se sentó en una silla frente a la mesa grande, de cara a su padre.
Su padre lo miró con una expresión seria e indescifrable. Su madre se sentó a su lado.
_ Listo papá, puedes ir directo al grano.
Pidió.
En ese momento, tantas cosas pasaban por su cabeza.
Una línea de preocupación ya se había formado en su frente.
_ Enrico, en vista de todas tus actitudes durante los últimos meses, además del accidente de esta mañana, tu madre y yo tuvimos una larga conversación. Llegamos a la conclusión de que nunca cambiará si no hacemos algo para que suceda.
Continuó mirando fijamente a su padre, quien exudaba una calma espeluznante. La madre con una leve sonrisa en su rostro.
_ Entonces, por eso le daremos un poco de ayuda para que se convierta en un hombre responsable y se haga cargo de los negocios de nuestra familia.
_ Pero pa...
En ese momento fue interrumpido por su madre, quien lo regañó.
_ Espera a que tu padre termine de hablar sin interrumpirlo ni cuestionarlo.
Silvia hablaba en serio.
Enrique solo asintió.
_ ¡Gracias mi amor!
Massimiliano agradeció a su esposa y continuó.
_ A partir del lunes empiezas a trabajar en la empresa. Vas a trabajar directamente conmigo para aprender a ser el CEO de la empresa que será tuya.
El lunes te quiero en la empresa a las ocho de la mañana y no acepto demoras.
Enrico todavía trató de discutir, pero no pudo hacer que su padre cambiara de opinión. No tuve elección.
Empezaría a trabajar en la empresa o perdería su asignación y en el futuro vería su herencia donada a organizaciones benéficas y su prima, dejándolo casi sin nada. Era mejor no discutir.
_ Hijo mío, eso no es todo todavía.
Había mas por venir.
_ Solo trabajar en la empresa no será suficiente para que te quedes con toda la herencia cuando tu padre y yo dejemos esta vida.
Miró a su madre con incredulidad, como si ella misma fuera el coco.
_ Queremos que te cases.
En ese momento gritó.
_ ¿QUÉ?
Buscó el aire perdido.
No había estado tan conmocionado por el anuncio de trabajar, sabía que este momento llegaría tarde o temprano.
Pero casarse era demasiado para un soltero empedernido.
_ ¿Cómo puedo casarme?
_ Primero conocer a una buena chica, comprometerse y casarse.
_ Y no aceptaremos a una de esas perras que conoces y salía todas las noches. Queremos una niña honrada y decente para nuestra nuera y no una oportunista para la madre de nuestros nietos.
_ ¿Nietos?
Preguntó con incredulidad.
_ Sí hijo mio. ¡Nietos! Tu padre y yo, ya nos estamos haciendo viejos y ya estamos en edad de tener nietos.
_ Como decía tu madre: no queremos una oportunista para la madre de nuestros nietos.
_ Eso es imposible. No tengo intención de casarme y mucho menos conocer a una mujer de estas características.
Enrico escupió las palabras a toda prisa, mostrando toda su indignación.
_ Sí, entonces intenta saberlo. El lunes comenzará en la empresa, quiero que llegues a tiempo para dar ejemplo a los demás empleados. Y esperamos que encuentres una chica decente para casarte o tu primo Valentim, se convertirá en nuestro heredero y te quedarás con lo poco que te queda.
_ Tienes exactamente un año para demostrar que eres eficiente al frente de la empresa y para encontrar novia.
Todavía trató de razonar con sus padres, pero fue inútil.
Los padres estaban decididos.
Fue a la barra de la sala, agarró una botella de buen whisky, subió a su habitación, se sentó en la silla que tenía en el balcón junto a una mesita con tapa de vidrio.
En este momento solo estaba pensando en cómo su padre había cambiado la forma en que actuaba con él. Más firme que de costumbre, inflexible, ahora con el apoyo de su madre.
Después de mucho pensar, llegó a la conclusión de que trabajar no sería tan malo, aún podía seguir disfrutando de la vida. En cuanto al matrimonio, su celebración, sería mejor engañar a sus padres, era suficiente para demostrar que era dedicado y que tenía responsabilidad y competencia para llevar el negocio familiar, a pesar de que era soltero. Tal vez así abandonarían la idea del matrimonio.
Casarse no estaba en sus planes.