El rey Serkan no comprendía por qué de un momento a otro Annia había dejado de tocar aquella hermosa pieza musical. Definitivamente el poder de ella era como si lo hubiesen creado justamente para él, porque él pudo sentir como cada segundo de esa melodía logró llegar hasta lo mas recóndito de su mente, logrando calmar lo que necesitaba ser calmado…
—Annia, ¿te sucede algo? —pregunta el rey Serkan porque podía observar que ella lo miraba diferente, y de cierta forma no le gustó demasiado, al grado que le hizo pensar:
«Será que ella puede ver a través de mí?» piensa el rey diciendo: —Supongo que debes estar cansada. Muchas cosas te han sucedido en muy poco tiempo —dice el rey levantándose de donde estaba sentado.
No deseaba marcharse, pero podía sentir que Annia necesitaba su espacio.
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