El rey Bastian se acercó a donde estaba Annia, Nilo, y Serkan fingiendo que no había visto nada especialmente para Annia, ya que el rey licántropo desde hace mucho sintió su presencia. El águila con una sonrisa vio a la luna de Serkan que con alegría le dijo: —¡Rey Bastian, míreme! Logré curarme, se cómo usar esta extensión de mi don… no del todo bien, pero ya entiendo como puedo controlarlo. Lo único que necesito es practicar —dice Annia con emoción viendo como el rey Bastian le sonreía. —¡Felicidades, Annia! eso es todo un avance —responde el águila al mismo tiempo que el rey Ozias también sale de su escondite viendo a la joven diciendo: —Felicidades, me alegra que lograras curarte, Annia. Por cierto, ¿no íbamos a salir a buscar los preparativos para tu boda improvisada? —pregunta el