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Cuando Annia escuchó que los tres reyes estaban peleando en sus formas de bestias ancestrales, lo primero que hizo la joven fue correr rumbo a sus aposentos con la mayor prisa posible para buscar su arpa. La verdad era que Annia no estaba pensando claramente en ese instante, por eso cuando el rey Patriarca la vio correr lo primero que pensó fue que ella solo huyó a su recámara porque le aterró oír que los reyes estaban peleando. —¿Qué hacemos, su excelencia? —pregunta la doncella que vino con la noticia. El rey patriarca lo que hace es sentarse nuevamente en su silla para comenzar a comer diciendo: —Estoy muy viejo para esto. Por el momento no intervendré, lo haré cuando lo considere necesario. Así que, veamos como termina esto—deja en claro el rey al mismo tiempo que aparece un siervo