Los captores de Annia habían tomado una carreta en donde colocaron a la chica que estaba amarrada de manos, pies y con los ojos vendados para que no pudiera ver el camino que recorrían. El par de lobos cabalgaban a toda prisa durante toda la noche por aquel sendero que no había sido hecho para ir a esa velocidad, es por eso que en más de una ocasión Annia se lastimaba a causa del impacto que producía cuando se topaban con algún hueco o protuberancia del camino desigual que recorrían com la mayor rapidez que sus caballos lograban correr, porque ellos sabían que si el rey Serkan iba tras ellos sería el fin. Por otro lado, Annia dentro de la carreta no podía evitar pensar lo peor, en su mente ya imaginaba que moriría de una forma terrible otra vez. La desesperación por no saber lo que suced