Perspectiva del rey Serkan No podía controlarme, era imposible después de haber probado los labios de Annia hace exactamente siete días atrás. No había un día que no recordara su cuerpo, el sabor de sus besos, el aroma puro de su piel sin prenda alguna. Necesitaba tenerla nuevamente a mi lado sin importar que eso significara violar las reglas del rey Patriarca, no me importaba porque lo único que deseaba era estar en la cercanía de mi luna que me había otorgado la aprobación para continuar lo que apenas estaba iniciando... —Si te lastimo, házmelo saber —le susurro penetrándola con prudencia porque pude sentir lo apretada que su zona íntima se encontraba. —Se lo diré, su alteza —responde mi luna con su boca entreabierta. Con la máxima lentitud que mi excitación podía soportar comienzo a