UNA INVITACIÓN

3287 Words

Sofía Ya con mi chip nuevo y completamente comunicada decido, en honor al tiempo, visitar sólo los alrededores. La plaza se veía aún más fascinante con luz de día y comencé a sentirme como una turista más, quise fotos de cada rincón y como una tonta levanté las manos para inmortalizar el momento bajo el cartel del famosos Tío Pepe. La imponente estatua ecuestre de un tal Carlos me hizo sentir como un pequeño niño junto a sus padres, incluso pensé en ponerle un poco de Photoshop para que no se viera tan ridícula, pero desistí de la idea porque ahora no tenía que fingir ni ser alguien que no soy. Aún seguía impactada por la cantidad de turistas que visitaba el lugar, y me sentí privilegiada por hospedarme tan cerca, estar a dos calles de la puerta del Sol era todo un lujo. ¿Me preguntó có

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