AEGAN HARRINGTON. Como cada día que podía, venía a traerles flores y visitar la tumba de mi querida Eva, la vida es muy efímera y a veces no sabemos disfrutarla como se debe, nos limitamos constantemente como si fuésemos a vivir eternamente. Eva fue una mujer increíble y no lo digo porque ahora está muerta y tenga arrepentimientos hacia ella, por el contrario, ella me enseñó muchos valores y cambio por completo mi ideología de la vida, Eva era colores, alegría, chispa, irradiaba amor y mucha magia, estar cerca a ella era como estar a cero grados y de pronto sentir un rayo de luz calentándote cada parte del cuerpo. Esa era Eva, una mujer plena, realizada, soñadora y encantadora, se ganaba las miradas a donde quiera que fuera o pasase, su sola presencia imponía, pero lejos de intimidar, irr