La maldición del millonario

7

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COLLETTE BROWN.

Como cada día por la mañana la alarma hizo su trabajo despertándome de mala gana, con pesadez me levante de la cama y fui por mi neceser para darme una buena ducha, habían pasado algunos días desde mi junta con Alicia, la policía, no tenia respuesta del trato, tampoco había venido el abogado, no tenia idea de lo que estaba ocurriendo afuera, solo esperaba que el destino conspirara a mi favor y pudiera salir pronto de este infierno. Al llegar a las duchas, algunas estaban cuchicheando entre ellas, pero cuando me vieron se quedaron calladas. Entonces entendí que probablemente se trataba de mi lo que sea que estuvieran hablando. Hice caso omiso y continue con mi rutina, me lave los dientes, me duche y cuando salí, vi reunidas a Briana, Amanda y Lizzy.

—¿Qué hay, Col? —saludó Lizzy, le di un asentimiento. Esperando que me dijese lo que de verdad quería decir, pues su cuchicheo solo me dio a entender que hablaban de mí, a mis espaldas y eso para mí era inaceptable. —, ¿Por qué esa actitud? ¿Paso algo o qué?

— Eso les pregunto a todas, si tienen algo que decirme, aquí estoy, hablar a las espaldas es de falsas. —advertí, todas me miraron sorprendidas. —, ¿Qué? ¿Se harán las que no saben? Que cosas, justo entro y se callan. ¿Coincidencia no?

—¿Qué? ¡No! Como crees que hablaríamos de ti, Cole—defiende Briana. —, Sabes que eres de las nuestras, solo que por los pasillos se escuchan cosas…—alarga y la miro fijo.

—¿Sí? ¿Qué cosas? ¿O es que les queda grande preguntarme, encararme? —vuelvo a inquirir, se miran entre sí y Lizzy vuelve a hablar.

—Pues no, pero sabes bien que no nos gustan los secretos. —responde a la defensiva. —, ¿Qué te traes con esa policía? La infiltrada, esa biancas.

—¿Qué que me traigo de qué? —ataco nuevamente.

— ¡Tu sabes! ¡No te hagas! La guarda Francisca, nos lo dijo, te reuniste con ella. —advierte Briana, me rio en sus caras con diversión.

—¿Es en serio? ¿Ahora tengo que comunicarles todo lo que hago o qué? —las advertí y me miraron asustadas, ellas me conocen, saben de lo que soy capaz. —, Sencillo, la biancas vino a apretarme por lo que le hicieron, quiere saber de ustedes, para joderlas.

Sus rostros palidecieron, sabía muy bien cómo manejarlas, eran tan fáciles de manipular, pero claro eso no les quitaba lo peligrosas. Al final termine convenciéndolas, por lo que me quite ese peso de encima, el día transcurrió como de costumbre, Sali al patio, disfrute del sol, luego volví a la celda, seguían sin asignarme a una compañera. Por lo que tenia todo mi espacio, estaba tranquila, cuando una guarda abrió mi celda, me pidió que me pusiera de pie y me puso las esposas. Confundida acepte, no entendía nada, pero tampoco tenia sentido preguntarles a donde me llevaban, porque su respuesta era inexistente. Me llevaron a la misma sala de la vez anterior en donde me reuní con Alicia. Ella se encontraba sentada con una sonrisa en su rostro amable.

— Collette, que gusto verte bien. —saluda, asiento en su dirección. —, Aquí tengo el acuerdo, el fiscal lo aceptó, junto a tu colaboración y la apelación de tu abogado, quedaras en libertad apenas me des una declaración jurada escrita y verbal, solo tienes que firmar aquí. —enseño el folder con las hojas, sonreí en grande y unas lagrimas traicioneras cayeron por mis mejillas. Después de tanto tiempo, años, aquí encerrada, seria libre.

Firme todo y procedí a escribir la declaración jurada, mencione cada detalle importante, la información que Susy manejaba, todo lo que la llevo a ser objetivo para las presas, cuando termine, se la entregue a Alicia, quien asintió satisfecha.

—Bien, mañana vendré nuevamente para filmarte en la declaración verbal y podrás irte, mañana mismo, Colette—afirmó, emocionada y con una gran sonrisa en mi rostro, le estreche su mano.

—Gracias, Alicia. Te espero mañana entonces, disculpa que te moleste, pero. ¿Podrías avisarle a Trish? Es la única familia que tengo. —pedí y ella asintió convencida, me dio una sonrisa nuevamente y se marchó.

Las guardas me llevaron nuevamente a mi celda, pero esta vez la dejaron abierta, lo cual me pareció extraño. Escuché el clic de otras celdas abriéndose y entonces vi las sombras en la oscuridad, a mi celda entraron Briana, Lizzy, Amanda y Zoe, traían un puñal.ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ