Sombras de Fuego y Destino

Decisiones entre lágrimas y fuerza

Me quedé pensando en ello, ¿realmente podría seguir viviendo en esta manada y ver a los trillizos con una nueva pareja?, eso me mataría poco a poco sin duda

Después de un largo tiempo regresé a la casa de la manada, sintiéndome más ligera que antes, no supe en que momento esa charla con Nobu me hizo sentir mejor. “Astrid, espero tenerte de vuelta pronto, sabes creo que tengo un nuevo amigo y me gustaría mucho que lo conocieras, él podría agradarte” sé que ella no me escuchará, pero tenía la esperanza de que pudiera pasar

Mientras caminaba hacia la entrada de la casa me detuve en seco al reconocer las voces del grupo elite. Me había librado de ellos por unas semanas mientras Luna estuvo cerca de mí, pero si me los topaba ahora no sé que pasaría. Corrí a esconderme detrás de los grandes pilares de la casa, suplicando para que no detectaran mi aroma

Los trillizos salieron de la casa acompañados por sus novias, al parecer ellas estaban reclamando que no salían lo suficiente ― Deben llevarnos al centro comercial, hace tanto que no salimos juntos ― dijo Rosa colgada del brazo de Deacon

― Debemos comprar un nuevo vestido para la fiesta de esta noche, prometo que te haré muy feliz ― dijo Ellen rodeando la cintura de Darion

― No sé si tendremos tiempo hoy ― dijo Darion retirando las manos de Ellen

Las tres parejas se detuvieron un momento en la entrada, justo frente a dónde yo estaba, me di la vuelta y cerré los ojos, el miedo me recorrió la columna ¿Me habían descubierto? No tenía el valor para mirar

― Pero ya habían prometido ir, los tres ― inquirió Alessandra molesta ― No pueden simplemente dejarnos plantadas, además tenemos una conversación pendiente ―

― Pero claro que la tenemos ― afirmo Ellen ― ¿Cuándo pensaban decirnos que encontraron a su pareja? ―

― Eso no es de su incumbencia ― habló Darion, podría decir que su voz era fría como el ártico

La curiosidad ganó sobre mi y me animé a mirarlos por un momento, después de todo ellos estaban hablando de mí. ¿Qué explicación les darían a sus novias?

― Si lo es bebé, no puedes abandonarme por ese perro callejero ― dijo Ellen con un puchero mientras se acercaba a besar a Darion, la furia me recorría al verlas sobre mis parejas

La furia que sentía se arremolinaba en mi interior, no podía soportar verlos con ellas. Y entonces un golpe seco me sacó de mi trance de celos. Ellen cayó al suelo con la cara roja y los ojos muy abiertos

― No quiero volver a verte, así que desaparece de mi vista ahora mismo ― habló Darion

― Tu… me golpeaste ― susurro Ellen sin poder creerlo ― ¿Y ahora terminas conmigo? ¿Cómo te atreves? ― podría decir que estaba furiosa, se levantó y fue tras Darion que se alejaba como si nada pasara

― Oye, pero que idiota hace algo como eso ―comentó Rosa que aún estaba pegada a Deacon ― Ellen no merece que la termine así, ¿acaso hizo eso por esa golfa de Bela? ―

Deacon gruño hacía su novia quien se sobresalto de inmediato ― Te recuerdo que estás hablando de tu futuro alfa, es mejor que te vayas. Tampoco quiero volver a verte ― Se safo de su agarre y se marchó

Rosa quedó pasmada sin entender que pasaba, y yo estaba perpleja. Había visto a los trillizos con muchas mujeres, pero ellas habían durado mucho más que las otras, debo admitir que muchos llegamos a pensar que las convertirían en sus parejas elegidas

― Aaron, ¿Qué les pasa a tus hermanos?, es decir, entiendo que no debe ser fácil rechazar a su pareja, pero no deberían comportarse así. ¿Cuándo les dirás de la decisión que tomamos? ―

― Cuándo sea el momento adecuado, si se los digo ahora podrían matarme o a ti ― la voz fría de Aaron podía congelar a cualquiera, pero su mirada estaba en otro nivel

― Aaron, si voy a convertirme en su Luna debo prepararme lo antes posible con Luna Ivy, y ellos tendrán que aceptar eso, después de todo seremos compañeros elegidos ― las palabras de Alessandra me quitaron el alma del cuerpo

Estaban pensando en convertirla en su Luna, por eso es por lo que les importaba tanto que aceptara el rechazo, así podrían tener a su compañera elegida. Me quedé en el suelo llorando en silencio, no sabía cuanto dolor tenía hasta que finalmente lo dejé salir. Esto era tan humillante, y doloroso… Escuche pasos cerca, pero ya no me importaba si me habían visto o no. En este punto estaría bien si muriera, al menos el dolor desaparecería

Los pasos se alejaron y yo me quedé en el suelo llorando tanto tiempo que no me di cuenta cuando se hizo de noche, traté de moverme para entrar en la casa, pero no podía levantarme. Me sentía realmente miserable, no permitiría que ellos siguieran haciendo esto, ya había tomado una decisión.

― ¿Entonces te quedarás ahí más tiempo? ―

― ¿Qué haces aquí Nobu? Estás demasiado cerca de la casa, podrían verte ― dije preocupada al escucharlo

― Te vigilo, esos lobos son unos tarados ¿sabías? ―

Suspiré aliviada al verlo, por alguna razón siempre decía lo que necesitaba escuchar ― Sí, ya lo sé. Y ya he tomado una decisión ―

― Eso es perfecto, ¿Cuándo nos vamos? ―

― ¿Cómo sabes que me iré? ―

― ¿Te quedarás? ―

― No, pero… no importa, me iré en cuanto el Alfa me otorgue el permiso, no quiero convertirme en rogue ―

― ¿Qué pasa si no te da permiso? ―

― Bueno, no he pensado en eso ― y realmente esa posibilidad no había pasado por mi mente ― Supongo que no importará, no puedo quedarme aquí Nobu, verlos con otra pareja es realmente doloroso, no soportaría verlos cada día de mi vida con ella ―

― Al menos ya tomaste una decisión, empezaba a creer que te había subestimado ― las palabras de Nobu no tenían mucho sentido para mí, pero tampoco se quedó para explicarme

Al final encontré las fuerzas para moverme y entrar a la casa de la manada, busqué el despacho del alfa para hablar con él y pedirle el permiso para irme, pero simplemente no tuve el valor en ese momento.

Pensándolo mejor, sería bueno recuperarme antes de marcharme. No podría sobrevivir fuera de la manada sin Astrid, y ella aún estaba tan distante en mi mente que me sentía cada vez más sola.

Tal como decidí, dejé pasar unos días antes de hacer cualquier cosa. Decidí volver a trabajar en la cafetería, pues ahora tenía más energía y pronto volvería a la escuela también, mis encuentros con los trillizos eran cada vez menos constantes y ellos solo se limitaban a verme de reojo o simplemente me ignoraban. Era como si no existiera para ellos, pero aún sentía el vinculo y sabía que ellos también podían sentirlo.

Sin embargo, aún no tenía forma de comunicarme con Astrid, sé que ha mejorado porque la siento más fuerte que antes, pero aun así sigue bloqueándome cada vez. He decidido darle tiempo, sobrevivir un rechazo es duro para cualquiera, pero sobrevivir a tres es casi imposible

Habían pasado casi dos semanas desde que decidí dejar la manada, hoy me desperté temprano y con bastante energía, así que bajé rápido a la cocina y tomé unos bocadillos. Corrí al bosque para encontrarme con Nobu, llegué al claro dónde nos habíamos visto cada tarde en estas semanas y pronto él apareció

― Huelo a pastel de caramelo ― dijo babeando

― Si, traje uno para ti y el otro para mí ― le entregué el plato con una rebanada y me senté a comer la otra cerca de él, este pastel se había convertido en su favorito ― espera, ahora que lo pienso, ¿no se supone que los Kitzunes solo comen plantas y frutas? ―

― Bueno, soy un ejemplar bastante especial, merezco un postre ― argumento él, aunque no estaba segura de que fuera un buen argumento

― No comas tan rápido, harás un desastre ―

― Lo siento, no puedo evitarlo ― su voz era bastante graciosa mientras se atragantaba con un pastel ― esa loba Darla tiene un don angelical para hornear postres ―

― Lo sé, es delicioso ― Darla se había convertido en una gran amiga este tiempo, siempre estaba horneando pasteles y cosas dulces porque sabía que me encantaban y era una gran razón para adorarla

― ¿Y bien? ¿Ya podemos irnos de esta manada? ― preguntó Nobu lamiéndose los restos del pastel ― No es que tenga prisa por dejar de comer esto cada día, pero debemos irnos pronto ―

― ¿Pronto? ¿A que te refieres? ― pregunté