Capitulo 29.
*Indignación.
Mi suegro nos guía a un gran almacén que han creado, incluso una sala de degustación. Pruebo algunas muestras y doy mi opinión siendo ignorada, ya que Alberto y su padre se alejan para ver algunos asuntos dejándome con Lucían, quien es sorprendido por su tío.
— ¿Uvas? — Pregunta Aurelio, quien llega con una bandeja con uvas verdes que son las favoritas de mi niño.
— Sí, si quiero tío.
— Ven, las corte para ti. — lo carga en su regazo, mientras me mantengo distante de todo.
— ¿Las cortas tu mismo? Papá siempre envía a alguien a hacerlo.
— Campeón, desde muy pequeño me ha gustado cortar las Uvas yo mismo, me gusta escogerlas y combinarlas, hacer muestras nuevas.
— ¿Cómo papá? Él la mete a una quina, solo le gusta probar sus jugos, él no las come así
