A la una del mediodía, recojo mi mesa cuando entran Paula y Ava. Paula está preciosa y muy elegante vestida con un vestido entallado de color azul marino. —Hola, pequeña. Radio patio ya me ha puesto al día —dice con una sonrisa mirando a Ava y me abraza—. ¿Tengo que comprarme el vestido de bodas o el arrullo del bebé? Sonrío. —No, tonta. Primero la despedida de soltera. Ella grita, emocionada. —Me alegro mucho por ti. Sabes que si Hazard te hace daño es hombre muerto, pero si te saca esas sonrisas no puedo más que ser inmensamente feliz por ti. La abrazo con fuerza. —Ahora mismo soy muy feliz. No quiero pensar si es rápido, si será duradero o si tengo por pupilas dos corazones. —Se ríe—. Solo quiero disfrutar del momento y hacer lo que me pida el corazón... y el cu