—Ross —me regaña. —¿Me castigarás por eso? —suspiré. —Tendremos que ser bastante maduros para continuar con esto. —Tu comenzaste —me crucé de brazos. —Super no me estaba haciendo nada. —Pero quería. —Y no puedes evitar lo que los demás quieran, además, otra cosa es que yo quiera. Me quedó un rato en silencio, ella me hace retroceder para sentarme nuevamente en el inodoro y comienza a limpiarme las heridas. —¿Es cierto que estás pensando en mudarte a la mansión? No debía creer en Taylor, pero sentía curiosidad de que si era cierto. —¿Quién te dijo eso? —me ve confundida. —Hay rumores en la fiesta. —¿Ah sí? Pues ya quiero que se acabe esta fiesta —no estaba contenta—. Mi padre me lo planteo, pero no le he dado respuestas. —Sabes que si te quedas, será difícil que escapemos junto