—Dependiendo en que me beneficie. —Se encoge de hombros—. Pero lo dudó, no tienes nada en lo que me pueda beneficiar. —Tu… —Me enoje. Quería insultarlo, pero me contuve, este no es el Rocky divertido que conocí. —Ya vete, es muy tarde. —No parece tener paciencia. —¿Entonces Ross te envío a cuidarme? —Me crucé de brazos. —¿Acaso tengo cara de que laboro como niñera? —pregunta divertido—. Por supuesto que no me envió, pero podría avisarle con mucho gusto. —¿Y por qué? No sé porque vine, solo me hace enojar. —Porque a él le importas mucho y a mi me importa él. —Me mira severo y yo ablando un poco el rostro. —No le digas a Ross —pedí. —¿Y que te hace creer que te haré caso? —Se ríe. —Porque en el fondo eres bueno y te agrado. —Pestañeo seguidamente para parecer adorable, pero esto