CAPÍTULO VEINTIUNO Estefanía se encontraba fuera de las salas de los torturadores mientras los gritos resonaban desde dentro. Ellos los escuchaba, a la espera con lo que esperaba que fuera un gesto desinteresado adecuado. No le producía ningún placer, pero era necesario. Esto la mantendría a ella a salvo. A su alrededor, nobles y doncellas permanecían a la espera, reunidos de todos los lugares en los que Estefanía había podido encontrarlos. Quería rodearse de personas leales. Evidentemente, todavía llevaban las cadenas de esclavos. La libertad era un privilegio que podían ganar o un regalo que ella podía utilizar para consolidar su posición. Ahora mismo esa posición no parecía muy segura. Desde el momento en que murió Ulren, Estefanía se sentía como si estuviera bailando encima de las a
Download by scanning the QR code to get countless free stories and daily updated books